En la bahía – Katherine Mansfield

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En la bahía - Katherine MansfieldSi un texto se puede valorar por lo que cuenta, lo cierto es que en el relato En la bahía apenas ocurre nada, así que el resultado de esa valoración sería más bien pobre. Sin embargo, sabemos que en literatura la ausencia de episodios dramáticos con cierta acción no entraña una falta de profundidad, de tema: más bien al contrario, ya que en muchas ocasiones esa superficialidad aparente esconde un entramado de sentimientos que apelan a nuestros instintos más ocultos. Algo que la acción, la trama y el movimiento, por cierto, no siempre consiguen.

En la bahía narra el transcurrir de un día de verano en Crescent, Nueva Zelanda, una pequeña colonia vacacional poblada por familias de veraneantes y algunos lugareños. Katherine Mansfield nos va descubriendo poco a poco, con una prosa tan sutil como mágica, los planes para esa jornada de diferentes personajes: desde unos pequeñuelos que trastean en la playa hasta una joven soltera que sueña con una libertad que apenas puede definir. Con el paso de las horas se van sucediendo escenas, momentos de aparente insustancialidad; las menudencias se suceden ante nuestros ojos mientras nos demoramos en una lectura tan lenta como sugerente. El final del relato no nos depara ninguna sorpresa, ninguna revelación espectacular: los destinos de cada uno de los personajes quedan en suspenso, sus vidas seguirán desarrollándose sin que sepamos exactamente qué ha cambiado en sus vidas durante ese día. Porque, aunque apenas se pueda señalar un solo elemento desestabilizador, no hay duda de que en la apacible colonia sí que han ocurrido cosas…

Lo más maravilloso de este cuento es, precisamente, la imposibilidad de señalar un cambio sustancial, un momento de clímax o un conflicto claro. Los personajes apenas hacen nada: charlan, pasean, se dan un baño o preparan la cena sin que ninguna de esas acciones tenga una trascendencia mínima en el devenir de la historia. Sólo una escena última parece revelar algo más entre toda esa maraña de momentos sin importancia: Beryl, una joven que se aburre en compañía de su hermana casada y sus sobrinos, recibe la visita del apuesto marido de otra de las veraneantes. En la decisión de salir con él por la noche o no se condensa la tensión del texto, el deseo de alcanzar aquello que se anhela de una forma inefable.

Y es que la libertad parece ser el sueño de muchos de los personajes que pueblan esa costa. Una libertad, empero, que no se entiende de la misma forma: mientras que para los niños se materializa en sus escapadas lejos del mundo adulto, en otros casos apenas se intuye como autonomía personal, o como libertad de elección ante la autoridad de otros. Katherine Mansfield va situando a esos personajes, de forma muy, muy sutil, en distintas situaciones que les llevan a esperar (o a temer, en algunos casos) la aparición de esa libertad que ansían con diferente intensidad. Casi ninguno la consigue; de hecho, algunos ni siquiera se dan cuenta de que ha hecho acto de presencia; pero la aparición cambia de manera muy sutil el pensamiento de todos ellos.

La verdad es que En la bahía es un relato que debe ser leído más de una vez; está cargado de insinuaciones, de detalles, de imágenes que ganan en intensidad y profundidad con lecturas diferentes. La maestría de Katherine Mansfield a la hora de crear un universo cerrado, asfixiante y a la vez hermoso es algo digno de experimentar. Si tienen ocasión, adéntrense en esta historia de luces crepusculares y amaneceres dorados: no se arrepentirán de la elección.

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8 COMENTARIOS

  1. […] En la bahía – Katherine Mansfield: Finalmente, valga esta recomendación de este estupendo relato de la autora neozelandesa. Es uno de esos libros que, si bien leí en algún momento, no he llegado a reseñar, por eso prefiero dejar que lean lo que el Sr. Molina dice sobre él. Un gran texto en el cual priman los detalles sutiles y las descripciones. Mariana para Blog de Libros 31/07/2011 | Lo mejor de la quincena […]

  2. Estupenda reseña. Había leído los cuentos de Mansfield, pero se me había escapado éste, y sus palabras me animan a correr a la librería. Enhorabuena por esta página, que visito con gran interés desde hace un tiempo. Sólo echo de menos más reseñas de autores españoles contemporáneos. Un saludo.

      • Permíteme, Manuel, que tercie en tu comentario y en el de Patricia, para disentir de vuestra opinión respecto a la relevancia de los autores españoles en este blog. Te ruego que no veas en ello intromisión alguna, ni ánimo de crear cualquier tipo de controversia, únicamente abrir un debate sobre libros y literatura, algo que para desgracia de todos interesa a muy poca gente.

        Yo, como seguidor asiduo de este blog, me hago cruces muy a menudo sobre la gran cantidad de reseñas que se dedican a la narrativa española. Gran cantidad, sí, si tenemos en cuenta el paupérrimo estado en que se halla el panorama literario de nuestro país, un panorama (salvo, contadas excepciones) muy deprimente por lo general, sin pízca de calidad ni de originalidad, y en el que las pocas llamas de esperanza que surgen, son apagadas de inmediato por una industria editorial donde sólo prima el negocio: si se puede sacar tajada, adelante con los faroles, si no a criar malvas en el camposanto.

        Citas un autor, Roberto Bolaño, que es paradigma de lo dicho. Al amparo de «Los detectives salvajes» y «2666», se está publicando cualquier cosa, etiquetándola como nueva obra maestra desconocida, da lo mismo si está inconclusa o se trata meramente de apuntes escritos al azar. Aprovechando el «boom», se han lanzado a los escaparates, libros que en cualquier otra situación ni tan siquiera hubieran sido publicados (estoy pensando, ahora mismo, en «La literatura nazi en América» y algún otro más).

        Por echar en falta, yo sí echo de menos la presencia de autores que, aunque minorítarios, tienen en mi opinión contrastada calidad, Ivo Andric, Alan Sillitoe, Agota Kristof, Jorge Amado, Wilkie Collins (basta ya de mirar permanentemente al ombligo de Charles Dickens), Leo Perutz, Varlam Shalámov,… y un sinfín más.

        Cordiales saludos,

        • Gracias a todos por vuestros comentarios, resulta muy interesante la posibilidad de entablar aquí un debate sobre literatura en general y la española contemporánea en particular.

          En primer lugar, vaya por delante la aclaración de que esta es una página personal. Quiere esto decir que tanto el señor Molina como yo misma sólo leemos aquello que nos apetece en cada momento. De ahí que no haya reseñas de determinados autores o géneros: bien puede ser porque sean lecturas que no nos gusten, que ya hayamos leído o que desconozcamos.

          Por ejemplo: yo leí, antes de comenzar con solodelibros, bastantes cosas de Bolaño. Fue un autor que me apasionó (fue antes de que explotará el boom Bolaño), pero que acabó por decepcionarme. Su escritura es excelente, pero a la postre sus novelas suelen tener una trama demasiado intrincada que finalmente acaba de manera abrupta, lo que deja al lector un tanto perplejo. Y en efecto, esa manía de publicar hasta sus cuadernos escolares acaba por generar desconfianza. Es un buen autor pero, ¿hasta ese punto?

          Si siguen mis reseñas, comprobarán que yo muy rara vez leo literatura española contemporánea. Respetando a quienes les gusta, personalmente me parece una literatura floja, de temas repetitivos y que apenas refleja la realidad cotidiana de España (¿de qué es contemporánea entonces?). Ciertamente ahí entramos ya en reflexiones acerca de qué es la literatura. Para mi, como mínimo debe reflejar la realidad del tiempo en que se produce. Pero ese es otro debate.

          Leer es sin duda un esfuerzo: invertimos tiempo y trabajo intelectual. Yo prefiero no invertir ese esfuerzo en lecturas que sé de antemano que no me van a compensar. Sobre todo cuando hay tanto por leer y la vida es tan breve. Sé que seguramente me estoy perdiendo cosas, pero a pesar de ello, prefiero jugar sobre seguro.

          Y, por supuesto, nos quedan muchos autores por descubrir. De ahí que, personalmente, tome buena nota de las recomendaciones de Miguel (y de cualquiera que recomiende algún libro).

          Solodelibros no es más que una biblioteca personal, que compartimos con todos para intercambiar experiencias de lectura. Hay muchos libros que faltan, otros no estarán nunca. Damos la matraca con nuestros favoritos (como Dickens o Jardiel Poncela), pero nos encanta que quienes se asoman por aquí nos den la matraca con los suyos.

          Así que, gracias.

      • Hola a todos:

        Ya la Sra. Castro ha expuesto bastante bien su opinión antes que yo, pero me gustaría aportar una breve visión personal al respecto del asunto de los escritores españoles contemporáneos.

        Yo sí he leído bastante literatura española. De hecho, si repasan los archivos de esta página verán muchos libros de autores españoles reseñados, sobre todo de hace unos meses hacia atrás. Mi impresión general ha sido siempre la de una literatura inocente, vacua, falta de originalidad, anclada en unos modos y estilos ya superados, poco ambiciosa y, sobre todo, ramplona; una literatura de consumo, facilona, ideada como producto de marketing para venderla a un público no-lector en general. Me refiero a un público de los que lee cuatro o cinco libros al año, ojo.

        Entiendo que las generalizaciones son malas y erróneas, pero repito que la experiencia personal que tengo es, a grandes rasgos, la misma para todos. Muñoz Molina o Vázquez Montalbán, tirando de lo que Manuel decía en el comentario de otra entrada, me parecen, por decirlo con palabras suaves, una pérdida de tiempo: escritores con nada que decir, que alumbran novelas de digestión sencilla y con una propuesta estética y temática que brilla por su ausencia.

        Como bien dice la Sra. Castro, hay muchos, muchos libros que leer, y llega un momento en el que uno se da cuenta de que no merece la pena malgastar el tiempo en obras que no aportan nada. Por ponerles un ejemplo, hace poco comencé a leer Vida de Pablo, de Carlos Pardo, publicado en Periférica: tuve que dejarlo a las treinta páginas por la inanidad de sus contenidos.

        Así pues, y como conclusión: en solodelibros no aparece más literatura española porque la consideramos de una calidad ínfima, si bien tratamos de estar al tanto de todo lo que se publica para valorar la posible calidad que pueda tener. Vidas Post.it, por ejemplo, da cuenta de ello, o algunos otros libros que aparecerán reseñados después de nuestro «parón» vacacional.

        Un saludo.

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