En 1909 Jack London publicó «Martin Eden», una novela marcadamente autobiográfica en la que relata la lucha de un muchacho inculto por desarrollarse intelectualmente y llegar a ser un escritor de éxito.
El joven Martin es un marinero que una noche es invitado a cenar por los Morse, una familia acomodada a cuyo hijo ha ayudado en una reyerta. Abrumado por el ambiente sofisticado que se respira en la casa, Martin decide que ésa es la vida que él quiere llevar, dejando atrás el ambiente sórdido de trabajo duro, riñas y borracheras que ha conocido hasta la fecha.
La fama y la fortuna pintan ante sus ojos un futuro dorado que Martin Eden quiere alcanzar al precio que sea. Pero para que el lector no le juzgue un arribista, el autor se cuida de que tan loable objetivo sea anhelado como única manera de lograr a la hermosa Ruth, la pacata hija de la familia Morse.
A partir de esa noche el joven Eden renuncia a todo cuanto había sido su vida hasta el momento.
Malviviendo, sin trabajo, consagra su vida al estudio y a la lectura formándose por su cuenta gracias a los libros de la biblioteca y a la joven Ruth, que ejerce como su tutora. La despierta inteligencia del muchacho absorbe ávidamente cualquier conocimiento y su cuerpo, curtido en el trabajo rudo, soporta sin doblegarse las largas noches de vigilia sobre los libros.
Pronto Martin Eden sueña con ganarse la vida escribiendo. Ése es el método que le permitirá franquear el abismo social que le separa de Ruth y además le permitirá ganar dinero en abundancia para llevar la vida refinada con la que sueña desde que pisó por primera vez la residencia de los Morse. Como antes al estudio, nuestro héroe se dedica ahora con ahínco a la escritura. Con el impudor propio de la juventud, o de la ignorancia, considera que sus escritos no valen menos que los que a diario publican las revistas a las que él envía sin tregua los frutos de su pluma. Lamentablemente ninguna publicación parece dispuesta a darle una oportunidad y la bella Ruth, con la que entretanto se ha comprometido, le exige que aplique los conocimientos que ha adquirido para conseguir algún empleo que les permita iniciar su vida en común.
Martin empieza a comprender que esa luminosa sociedad que tanto le atrajo está compuesta por personajes zafios, repletos de ideas preconcebidas que repiten sin comprender, sólo porque les han enseñado que ésa es la manera correcta de entender la vida. Así, cuando por fin el éxito llega, el joven se siente absolutamente perdido en medio de unos seres a los que desprecia y con respecto a los cuales se siente moral e intelectualmente superior. Sus años de esfuerzos y sinsabores parecen no verse recompensados por el dinero y el reconocimiento de una sociedad hipócrita que esconde su ignorancia supina tras una leve capa de cultura y urbanidad.
Si bien «Martin Eden» sabe hacerse una novela amena por la historia que narra, adolece sin embargo, como la mayoría de la narrativa norteamericana, de falta de profundidad en la presentación de sus personajes y las motivaciones de estos. Así la novela se va en un simple narrar hechos, con pericia, a qué negarlo, pero se queda coja en su intención de transmitir algo al lector. Éste de ninguna manera puede sentir empatía por el protagonista, porque Martin Eden nunca deja de ser un personaje, ningún atisbo de humanidad brota de él para permitir que el que lee se sienta identificado con sus sinsabores y venturas.
El final de la novela deja indiferente al lector porque en ningún momento la historia ha sabido llegar verdaderamente a él. Y es que Jack London, como todos los norteamericanos, a mi juicio, hace una literatura perfecta para leerse en la primera juventud, pero que se queda corta cuando la experiencia empieza a pedir algo más que la mera narración de hechos. Tal vez porque Estados Unidos es un país joven, su literatura está pensada para jóvenes y de esta manera rara vez entra en honduras, rara vez llega al fondo de la cuestión, quedándose siempre en la superficie primera. Lo que no deja de ser una lástima.
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El final de Martin Eden deja indiferente al lector en su traducion española, falta diremos el final. Por miedo de choquar al lector? no lo se, pero la version original o la traduccion francesa es muy profunda, tanto como ezl mar dentro del cual acaba Martin Eden.
¿Falta de hondura en Philip Roth, John Irving, Joyce Carol Oates, Paul Auster, Ricahrd Russo, Richard Ford, William Kennedy?
¿Falta de hondura en Henry James, Edith Warton, William Faulkner, Scott Fitgerald, Carson McCullers?
Por citar sólo los que se me vienen a la cabeza.
No puedo estar de acuerdo. Por lo que se refiere a la novela que tratas, no la he leído, pero soy una gran admiradora de la literatura norteamericana, pero, por supuesto, como dices, es cuestión de opinión.
Un abrazo
Gracias por tu comentario, ya me estaba desanimando por el análisis inicial. Voy a leerlo.
Lo he leído en cuatro días. Tiene 426 páginas y a mí me ha parecido un libro que engancha, está bien escrito y muy interesante. Hoy me pongo a leer su biografía EN RUTA. No me gustó el comentario sobre los escritores americanos. Rosa citó algunos muy buenos. Pero hay muchísimos más. POE, CHANDLER, HAMMETT, JIM THOMPSON, RAY BRADBURY, MELVILLE, TWAIN, y no vamos a estar así hasta mañana. Un saludo afectuoso a los amantes de la literatura.
[…] Martin Eden […]
Estoy en total desacuerdo con el análisis, tanto respecto de Martin Eden en particular, como de la literatura norteamericana en general. Desechar a autores de tanto talento como a Poe, London, Hawthorne, o, en otro ámbito, a Capote, FitzGerald, o Salinger, por poner unos pocos ejemplos, y tildarlos de infantiles, me parece un juicio excesivamente pretencioso, así como generalista, como para tomarlo en consideración. Y sólo faltaría decir que a un autor como William Faulkner le falta profundidad, para empezar a creer que no se le ha leído con mucho detenimiento. Por cierto, y ya que hablamos de literatura, quiero pensar que nos estamos refiriendo exclusivamente a la novela, porque de otro modo también supondría tirar por la borda a los brillantes ensayistas que también ha parido Norteamérica.
Respecto de Martin Eden, recuerdo, como casi siempre que leía a London en general, la pasión y vitalidad descarnada de sus escritos. Recuerdo de Martin Eden sus peleas, el trabajo a modo de linchamiento del alma y la espiritualidad, con su asociación inevitable a la bebida, la delicada descripción de la belleza y lo etéreo brotando de él como algo irremediable, y la retrato crítico y sin compasión de la mezquina clase aristocrática. Tampoco recuerdo que se quedara en lo superficial, al menos yo leí la novela febrilmente en muchos pasajes, como el de la lavandería o el descenso a los infiernos del personaje, y me implicaba emocionalmente tanto como él en todas sus desventuras y triunfos. Para mí, este es el verdadero talento, y para ello no es necesario alambicadas reflexiones, ni oraciones, ni más retórica que la estrictamente necesaria para expresar lo que quieres. La gramática es un medio, y la reflexión sirve mientras sepas llegar y remuevas conciencias (cuestión a la que, por cierto, también se refería en Martin Eden, desollando a ciertos autores y profesores eruditos que eran el retrato de lo establecido). De todo esto London, con un innegable talento y una abultada experiencia vital, sabía un rato.
Suscribo totalmente este comentario.
Felicidades por su comentario. No puedo estar más de acuerdo con él. No conocía a London, me habló de él GREGORIO MORÁN y su recomendación de : POR UN BISTEC, relato corto muy interesante. Un saludo
«Si bien “Martin Eden” sabe hacerse una novela amena por la historia que narra, adolece sin embargo, como la mayoría de la narrativa norteamericana, de falta de profundidad en la presentación de sus personajes y las motivaciones de estos. Así la novela se va en un simple narrar hechos, con pericia, a qué negarlo, pero se queda coja en su intención de transmitir algo al lector. Éste de ninguna manera puede sentir empatía por el protagonista, porque Martin Eden nunca deja de ser un personaje, ningún atisbo de humanidad brota de él para permitir que el que lee se sienta identificado con sus sinsabores y venturas.
El final de la novela deja indiferente al lector porque en ningún momento la historia ha sabido llegar verdaderamente a él. Y es que Jack London, como todos los norteamericanos, a mi juicio, hace una literatura perfecta para leerse en la primera juventud, pero que se queda corta cuando la experiencia empieza a pedir algo más que la mera narración de hechos. Tal vez porque Estados Unidos es un país joven, su literatura está pensada para jóvenes y de esta manera rara vez entra en honduras, rara vez llega al fondo de la cuestión, quedándose siempre en la superficie primera. Lo que no deja de ser una lástima.»
Hablas como si estuvieras en posesión de la verdad absoluta, cuando en verdad estás dando solo tu simple opinión. La novela no es superficial, eres tu quien se ha quedado en la superficie, tal vez porque no te guste, tal vez porque no la has entendido, o porque no has querido entenderla porque no te gustaba.
Yo sentí empatía por le personaje de Martin Eden, Jack London escribía desde el corazón. El mismo decía que no tenía imaginación, sino una gran sensibilidad. Ahí esta la grandeza de London.
Es literatura para jóvenes, pero no jóvenes de edad sino jóvenes de espíritu. Está escrita por una persona que era fuego, y este fuego acabó con ella. Jack London escribió sobre la fuerza, sobre la voluntad, y sobre la belleza, y lo hizo como solo un genio es capaz de hacerlo.
Una obra maestra nunca jamás puede ser superficial. El final no deja indiferente a nadie por que para mí, es inesperado y la descripción del suicido es sencillamente brutal, desgarrador, y con un realismo aplastante. Única e irrepetible, esta obra es totalmente diferente a nada escrito antes y después,como el mejor de los cuadros, se puede mirar, leer y releer cientos de veces, dejando el mismo impacto en el cerebro cada vez
Gracias por su inteligente comentario. Además de todo lo que dice creo que es un texto magnífico. Es como un curso para un Taller de Escritura Creativa, como leer una novela de Thomas Hardy. Lo he leído en una biblioteca pública, pero tengo la intención de comprarle en la Feria del Libro de Madrid, al final del mes de Mayo. Saludos
He vuelto a leer Martin Eden y me parece aún mejor. ES MAGISTRAL.
martin eden … es una obra magistral son varias veces que la e leido … aunque a muchos no guste o supongan que en la etapa madura de nuestras vidas podria careser de profundidad .. bueno es como es .. realista ..es la vida … quienes emos vivido cosas similares sabemos que aveces la sencilles de un libro tiene mas profunidad que la profunidad de un texto inentendible inaplicable…
martin eden … es…. asi como es el princpito… o corazon … o madre… sencillos pero reales … profunodos en un contexto imaginario donde la realidad sencilla se impone .. como la muerte o la vida sin filosofias … solo asi… y ya
Me acuerdo de las buenas sensaciones que me produjo leer Martin Eden cuando estaba en el instituto nocturno con 15 años.Esas sensaciones se la debo a mi profesora de literatura que me lo prestó y al Gran Jack. La literatura es para disfrutarla en su momento y cada uno a su manera, puedes pasárselo bien leyendo al Capitán Trueno como Cien años de Soledad.
Solución es resolver un problema de forma sencilla
Saludos a tod@s!!!
No podria estar mas de acuerdo con Onironauta,en que no se debe asociar profundidad con algo complicado,ya que una afirmación,comportamiento,idea y pensamiento aparentemente sencillo,fácil,puede esconder un razonamiento elaborado,bien meditado y sobre todo pasional,captando la esencia de lo que se quiere expresar y se piensa.Gracias a esta «fácil» manera de narrar que tiene jack london,y en este caso en su obra martin eden,no puedo dejar de estremecerme y maravillarme con la fuerza,la vida y pasión que siento al leer esta obra.
Al fin y al cabo,este es el aspecto que mas me gusta de este escritor,cada vez que leo una de sus obras me hace sentir mas humano,me vuelve una persona mas espiritual y hace que me maraville ante muchas de las cosas sencillas que te brinda la vida,y sobre todo,la naturaleza.
Soy consciente de que no he leido seguramente tanto como las demás personas que dan su opinión aquí,pero también estoy seguro de emocionarme de la misma manera,y este escritor y sus obras,para mi,son una inspiración.
Un saludo
YO LEI MARTIN EDEN MUY JOVEN Y ME GUSTO PERO DEBO RECONOCER QUE ES VERDAD QUE EN ESTE LIBRO LA DESCRIPCION DE LOS PERSONAJES ES CORTA Y SUPERFICIAL SIN EMBARGO CREO QUE ES UNA BUENA OBRA,Y CREO ADEMAS QUE LO SENCILLO NO CARECE DE VALOR,NI BELLEZA PUES SU MERITO RADICA EN LA SIMPLEZA DE LO COTIDIANO
la lei y me parece una obra de los grandes clasicos universales.
martin eden es un personaje que tendria que llenar este mundo totalmente manipulado.es diferente,genial,y demuestra que las personas son lo que las sociedades quieran q sean.el es difernte y totalmente muucho mas humano que lo todos vemos dia a dia.¿eres dueño de tu vida?
Hola a tod@s,
Digamos que escribo desde la modestia de alguien que no es ni medianamente entendido ni conocedor de la literatura en general. Pero no por ello me reprimo de dar mi opinión.
Pero algo si que he leido, y a Jack London, el Gran Jack London como dicen mas arriba, si que lo conozco , pues pienso que he disfrutado y mucho de casi toda su obra.
Por eso me ha extrañado tanto leer cosas como, «falta de profundidad en la presentación de los personajes», por que en mi opinión, precisamente es por todo lo contrario por lo que puede destacar. «Literatura facil» dicen algun@s, «sí, sobre todo lo de vivirla para despues poderla contar», con ironia respondo yo.
No creo que se pueda representar la condición humana, con todas sus glorias y miserias, como el lo ha hecho. El ser humano al límite, desde lo mas espiritual, a lo mas visceral. Ni en verano pasar frio mientras lees sus relatos.
A veces pienso que erroneamente nos hacen relaccionar conceptos como profundidad, con algo complicado, o nos venden la «moto» de la «filosofia» envuelta en sofisticadas frases, que a la vuelta de al esquina chocan entre sí. Creo que algunos escritores se pierden en su mar de palabras.
Un saludo Jack.
QUIEN HALLA,VIVIDO,ESCRITO Y SENTIDO COMO EL GRAN JACK LONDON,ALMA PROFUNDA E ILUMINADA ESTARIA EN CONDICIONES DE PROFERIR UN JUICIO…ES MUY BURDO Y MEDIOCRE,CREER QUE ES UN LIBRO DE INICIACION LITERARIA….ESTE LIBRO ES LA VIDA,LAS CALLES ,LA LUCHA POR SER UN HOMBRE EN SU PLENITUD.VIVA EL GRAN JACK!
Se me ocurre que algunas argumentaciones tienen la curiosa virtud de derrumbar lo que pretenden apoyar. El estimado amigo Diego se opone a la inverosímil expresión «literatura adolescente», académicamente concebida por la Dra. Castro, y aplicada a la tradición literaria de la América del Norte. Cómo arguye nuestro impulsivo hermano chileno? Sintéticamente: desenrrolla su papiro y nos arroja – para ejemplificarnos- una abigarrada lista de títulos que la mayoría recordamos tiernamente por habernos iniciado en las letras entre tardes de galletas dulces y tazones de leche.
Pero además con esfuerzo discurre otro admirable argumento: la tal novelita de Jack London influyó en toda una generación de «intelectuales» chilenos. Imagino que si el noble London después de conocer esta consecuencia de su escritura pudiera elegir, de sus dos fervorosas aficiones sólo hubiera profundizado en la bebida.
Querido Diego:
Digale a su amigo Alejando Jarnosecuanto que debe de ser un gran erudito. Tomar Martin Eden como un libro iniciatico es ser bastante arriesgado o un engreido musicante. El libro Martin Eden es un libro brillante en su esfera, deberia ser bien leido.
No entendi aquello de los escritores chilenos. Son buenos los escritores chilenos como para ponerlos como ejemplo? Ante su antinorteamericanismo (me gustaria que no diga antiamericanismo ya engloba un poquito mas que la cultura anglo parlante) le recomienda que le diga (ya se que al dia de hoy es imposible gracias al cielo) que le diga a Neruda que no haga borregadas como la «Oda a la papa frita»
Estimado Diego,
mil gracias por sus comentarios y por la recomendación bibliográfica, He leído la mayor parte de los que cita y supongo que inevitablemente me han marcado como lectora, pero no hay lectura que no lo haga.
Me temo que la expresión ‘literatura adolescente’ no es una expresión demasiado afortunada, pero no se me ocurre otra manera más apropiada de expresar lo que quiero decir. Por otra parte, el comentario no tiene nada que ver con el antiamericanismo, esos prejuicios trato de no aplicarlos nunca a la literatura.
Hace poco he terminado la lectura de «Viaje a Rusia» de Joseph Roth y me ha sorprendido ver reflejados mis pensamientos en algunas de sus reflexiones, en las que teme que el mundo acabará tomando por modelo la cultura norteamericana, que el juzga puerilmente optimista, un poco bobalicona e infantil, algo inocente, precisamente por ser un país joven que se ha sacudido de encima la pátina decadente pero brillante que baña la cultura europea.
Sin duda, me ha encantado ver expresados mis pensamientos por un escritor e intelectual de la talla de Roth. Pues lo que él expresa en algunas de las ideas de esas crónicas, si se tradujese al ámbito literario se asemejaría bastante a esa idea que tan mal expreso cuando hablo de ‘literatura adolescente’.
Precisamente, la manera magistral de escribir de Roth (me viene a la cabeza «La rebelión») no la he encontrado en ningún norteamericano. O mejor diré que es una forma de narrar que me llena mucho más completamente que la de los autores norteamericanos, respetando por supuesto a quienes prefieren a éstos.
Por otro lado, «Martin Eden» es sin duda una novela de aprendizaje. Pero lo que muestra es cómo un joven se dedica a la escritura como el medio más fácil (no necesariamente el que está su alcance) para conquistar a una muchacha rica. Es decir, presenta una visión mercantilista del arte que convierte la literatura en un medio, no en un fin. No hay nada artístico en ese esfuerzo, no es una pulsión, es un mero trámite. Porque no olvidemos que la chica en este caso viene a ser, no la encarnación del amor, sino de la vida refinada que el antiguo marinero sueña para sí.
También me pregunto, el que «Martin Eden » marcase a una generación de intelectuales chilenos, ¿la revaloriza como novela?. Creo que una novela es lo que es, y eso tiene mucho que ver con lo que provoca en nosotros al leerla y no con lo que ha provocado en otros sólo porque éstos fueran intelectuales. Sobre nuestra experiencia de la misma debemos juzgarla, no sobre la ajena.
Un saludo.
Adjunto ejemplos de novelas y cuentos de EEUU que me han marcado en mis lecturas:
Literatura inglesa (EEUU)
James Fenimore Cooper.
-El último mohicano (1826)
-El cazador de ciervos (1841)
Washington Irving. Cuentos de la Alhambra (1832)
Edgar Allan Poe.
-Las aventuras de Arthur Gordon Pym (1838)
-Todos sus Cuentos, en especial: Metzengerstein (1932), Manuscrito hallado en una botella (1833), Berenice (1835), Morella (1935), Ligeia (1838), La caída de la Casa Usher (1839), William Wilson (1839), El hombre de la multitud (1840), Los crímenes de la calle Morgue (1841), Un descenso al Maelström (1841), La máscara de la Muerte Roja (1842), El pozo y el péndulo (1842), El retrato oval (1842), El gato negro (1843), El corazón delator (1843), El escarabajo de oro (1843), El misterio de Marie Rogêt (1843), La carta robada (1844), El entierro prematuro (1844), La verdad sobre el caso del señor Valdemar (1845), El demonio de la perversidad (1845), El barril de amontillado (1846).
Nathaniel Hawthorne. Todos sus Cuentos (en especial El joven Goodman Brown, 1846)
Ambroce Bierce. Obras completas (1909-1012), especialmente Telarañas de una calavera vacía (1874).
W.W Jacobs. La pata de mono (1902)
Jack London. Colmillo blanco (1906)
Ernest Hemingway. Los asesinos (1927)
William Faulkner. El sonido y la furia (1929)
Henry Miller. Trópico de cáncer (1934)
Raymond Chandler. Tristezas de Bay City (1938)
John Cheever. Todos sus Cuentos, en especial El nadador (1939).
James M. Cain. El cartero llama dos veces (1940)
Carson McCullers. El corazón es un cazador solitario (1940)
Truman Capote.
-Otras voces, otros ámbitos (1948)
-Un árbol de noche y otras historias (1949)
-El arpa de hierba (1951)
-A sangre fría (1966)
J.D. Sallinger. El guardián entre el centeno (1951)
Elia Kazan. El compromiso (1966)
Ira Levin. La semilla del diablo (1967)
Arthur C. Clarke. 2001. Una odisea espacial (1968)
Mario Puzo. El padrino (1969)
John Kennedy Toole. La conjura de los necios (1962-1969)
El comentario sobre la literatura estadounidense me parece desacertado. No es un país tan joven. La novela es un género que se consolida en los siglos XVIII y XIX, con aportaciones vanguardistas en el siglo XX. Y es, precisamente, en esos años, cuando se forjan los EEUU. Soy antiamericano en muchas cosas, pero desde luego no en literatura.
Por cierto, Alejandro Jodorowsky me recomendó en París la lectura de «Martin Eden» como buen libro iniciático, y Alejandro es, precisamente, un fiero atacante del american way of life ( y ha vivido en New York, para confirmarlo).
«Martin Eden» marco a la generación de intelectuales chilenos de los años 40 y 50: Huidobro, Neruda, Parra, de Rokha…, hasta Edwars y Donoso.
Estimado Francisco.
En primer lugar, gracias por su comentario. Siempre es un placer encontrarse con quien defiende su posición desde los argumentos y no desde la descalificación.
«Quien, sin ser un erudito, haya leído autores como Poe, Melville, Faulkner o Hemingway, sólo por nombrar algunos ejemplos, sabrá a qué me refiero.».
Amigo mío, los he leído a todos (y a unos cuantos más) y mi opinión no varía: su literatura es sencilla, no me llega. Pero, insisto, esto es sólo mi opinión y cualquier otra me parece enteramente respetable.
Siempre que explico que a mi no me gusta la literatura norteamericana la gente rompe a recomendarme autores que ya conozco. Por eso, lo único que quisiera aclarar es que hablo, no al buen tuntún, sino desde la experiencia de quien ya ha leído mucho.
Por eso insisto: es una cuestión de gustos. Y los míos no van por ahí.
Por otra parte, ya nada queda de ingenuo en mi mirada y cada vez menos de joven.
Un saludo.
Hay un literato que si mal no recuerdo se llamaba Cesar Bruto, en este caso leemos a Cesar el bruto. Vaya amigo mio y comase todos los caramelos del tarro, eso si! cepillese los dientes que sino se le van a caer por gloton
Entiendo que el gusto literario, como cualquier otro, tiene intrínsecamente el derecho de ser diverso. Pero leer comentarios como «la narrativa norteamericana carece de profundidad en sus personajes», o «quizás porque es una nación joven…», realmente causa estupefacción.
Quien, sin ser un erudito, haya leído autores como Poe, Melville, Faulkner o Hemingway, sólo por nombrar algunos ejemplos, sabrá a qué me refiero.
Es una lógica que causa perplejidad. Habrá que atribuir la sólida permanencia en el tiempo de personajes como Dupin, el capitán Ahab o Robert Jordan menos al genio creativo de sus autores que al buen funcionamiento del márketing norteamericano y al estampado de remeras. Por otra parte, las naciones pueden ser jóvenes, lo que no alcanza a todos los individuos. Si no admitimos esto, existe la posibilidad de que la primera constitución americana haya sido fraguada por un pueblo adolescente para quien la independencia significaba beber licor y volver a deshora burlando la autoridad paterna.
Cuando una mirada es joven o ingenua, es muy probable que vea ingenuidad o poca profundidad en todo lo que observa.
Queda aclarado el tema en cuanto a que el comentario es para escritores de origen estadounidense. De todas maneras estoy absolutamente en desacuerdo en que leer autores como los que mencione (y tantos otros contemporaneos como del siglo XIX) sea como chupar caramelos porque gustan pero no quitan el hambre, pero como bien se dice: sobre gustos no hay nada escrito.
YO CREO MAS BIEN QUE SOBRE GUSTOS SI HAY ESCRITO Y MUCHO… QUE MIRA SINO FUERA POR ESO ESTE DIEGUITO APASIONADO DEFENSOR DE JACK Y ESTA SEÑORA CASTRO NO ME TENDRIAN TAN DIVERTIDA CON LAS COSAS QUE SE DICEN AUNQUE EN LO PERSONAL CONSIDERO QUE COMO LA OPINION ES PERSONAL TODOS TIENEN FUERE CUAL FUERE ESTA DERECHO A MANIFESTARLA ,LO QUE ME HACE GRACIA ES DISCUTIR EL IMPACTO O EL VALOR SUBJETIVO DE CADA LIBRO DE MANERA TAN PERO TAN APASIONADA OYE DIEGUITO NO LO TOMES TAN A PECHO EH ….
Amigo César, la autora pensaba concretamente en los autores de EEUU y lamenta no haber sabido concretar. Y cualquiera de los que usted menciona me vale. Es su literatura, a mi juicio por supuesto, una literatura para leer de vez en cuando. Leerla de continuo es como chupar caramelos: gustan, pero no quitan el hambre.
En cuanto a los escritores de la América hispana es justo al contrario. Profundizan demasiado, llegan a honduras abismales que a veces dejan al lector sin oxígeno (pienso en Borges y en Octavio Paz). Luego están los que van de capa caída: García Márquez y Vargas Llosa ya han dado de sí cuanto podían (que ha sido mucho).
Con esto no quiero decir que su literatura sea aborrecible. Sólo que prefiero tomarla en pequeñas dosis.
«Tal vez porque Estados Unidos es un país joven, su literatura está pensada para jóvenes y de esta manera rara vez entra en honduras, rara vez llega al fondo de la cuestión, quedándose siempre en la superficie primera. Lo que no deja de ser una lástima».
Supongo que para la autora del comentario, toda la literatura de America esta pensada para jovenes ya que todos los paises de ese continente son jovenes.
Me quedo pensando entre otros, en Henry James, Herman Melville, Nathaniel Hawthorne, W. Faulkner, E. Hemingway, J. Steinbeck, P. Roth, Octavio Paz, Carlos Fuentes; Gabriel Garcia Marquez, Mario Vargas LLosa, Jorge Luis Borges…