Nocilla Dream – Agustín Fernández Mallo

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Nocilla Dream - Agustín Fernández Mallo«Nocilla Dream» ha venido apareciendo en varios medios de comunicación como una revelación. Este tipo de afirmaciones siempre han de hacerse con mucho tiento, ya que lo que hoy es una novedad rompedora mañana puede ser otra novela del montón, pero hay que reconocer que llama la atención la —relativa— unanimidad con la que ha sido presentada en sociedad.

Mentiría, desde luego, si dijese que no fueron algunas de esas críticas las que me han llevado hasta este libro de Agustín Fernández Mallo: la curiosidad, a veces, puede deparar gratos descubrimientos. Por supuesto, el resultado de la lectura es algo distinto de lo que esperaba, tanto para bien como para mal. Veamos.

«Nocilla Dream» es un libro interesante. Y es interesante, por encima de otras consideraciones, porque se aleja de estructuras preconcebidas y manidas (cosa harto difícil —a lo que parece— en la literatura española) y trata de contar historias de una forma diferente. Que esa forma sea novedosa, no; la estructuración de una novela en fragmentos breves (retazos de imágenes, conversaciones y destellos) no me parece una manera inédita de fraguar un libro, ya que ejemplos los tenemos al alcance de la mano: Julián Rodríguez, por echar mano de un autor español, o Foster Wallace, en el caso de uno extranjero. Por no hablar de «Rayuela«, por ejemplo.

Quizá recurrir a la etiqueta de «posmoderno» sea muy socorrido (pese a que la definición del término sea complicada), aunque viene a ilustrar una parte de «Nocilla Dream»: la composición fragmentada, la profusión de personajes e historias o los puntos de vista múltiples. No obstante, quizá el logro de Agustín Fernández Mallo haya sido, más que jugar a crear un experimento que se autofagocite —algo que sucederá con muchas obras que persiguen aquella etiqueta—, escribir un libro (que no acepta la definición de «novela») arriesgado, ingenioso, pero que parece llevar al lector hacia alguna parte, en lugar de perderle en vericuetos estilísticos.

«Nocilla Dream» tiene la virtud de reunir lo mejor de la narrativa convencional y de la experimental. El autor expone su visión del mundo a través de docenas de pequeñas historias que se cruzan una y otra vez, conformando así una historia mayor, global, que nos acoge a todos porque no podría ser de otra manera. Es aquí donde entra en juego la definición de rizoma, que ha venido al pelo a todos los críticos para definir con propiedad esta obra. Además, esas historias se mantienen dentro de una dimensión inteligible, con desarrollos que, con ser complicados y nunca previsibles, no permiten que el lector se extravíe.

Fernández Mallo ha apostado por una escritura que mezcla ficción y realidad de una manera limpia e interesante; tal vez por eso las tramas entrecruzadas (en el espacio —un vastísimo espacio que acoge el mundo entero, desde Albacete hasta Pekín— y en el tiempo) resultan cercanas, casi cotidianas. Así, las prostitutas de Carson City o los ingenieros chinos tienen una credibilidad (como personajes y como representaciones) total, al contrario de lo que sucede en otros libros ‘arriesgados’, donde los caracteres carecen de verosimilitud. Es agradable darse de cuenta de que el escritor quiere expresar conceptos, transmitir impresiones, relatar vidas, y todo ello sin hurtar al lector la posibilidad de la comprensión.

Lo que parece muy peregrino es la relación que pretenden colgarle a «Nocilla Dream» con los blogs. Como ya he comentado, la escritura en extractos ni es novedosa ni acepta esa comparación: la estructura de este libro es vasta en su concepción, pero sigue una línea (fina, sí, pero visible) que conduce hacia alguna parte. Tal vez ese destino sólo se descubra una vez que leamos las otras partes de la trilogía que Agustín Fernández Mallo ha pergeñado, «Nocilla Experience» y «Nocilla Lab»; tal vez no se pueda descubrir, sólo intuir. Pero la conexión existe, se siente cuando uno pasa las páginas del libro. Posiblemente, ese destino no es externo, sino que reside en el interior de cada cual, puesto que los personajes de «Nocilla Dream» viajan más hacia dentro que hacia fuera: buscan dioses en forma de escritores, buscan melodías que alejen de la soledad, buscan hogares en mitad de las multitudes…

De lo que no me cabe duda es de que Fernández Mallo ha pretendido romper con las convenciones que priman en la narrativa actual —española, sobre todo—, anquilosada en una visión del mundo (y su consecuente representación) obsoleta y artificial. Este intento se agradece muy mucho, aunque hoy por hoy los logros de «Nocilla Dream» se valoren más por oposición a algo que por su calidad intrínseca (la cual, por otro lado, es más bien normalita): es decir, mucho ruido y no tantas nueces. Sólo el tiempo, como siempre, pondrá las cosas en su sitio, aunque Mallo ha entrado con buen pie en la arena. Suerte.

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15 COMENTARIOS

  1. En serio, me gustaría saber qué ven de bueno e interesante en esta trilogía, con más textos ajenos casi que propios, todo lleno de flecos y sin criterio. En serio, no les parece que novelas de Landero, Hidalgo Bayal, Coetzee, Mc Ewan son mucho más modernas e interesantes, aunque estén alejadas de lo ciber..en forma y en fondo. Aquí falla algo, me huelo lo peor: que la mediocridad servida bajo especie de modelnidad galopante ocupe el sitio de la buena literatura.

  2. Me parece que evoca multitud de sensaciones y que las reflexiones a que induce son más que suficientes para decir que es de lo mejor que se ha hecho en lo que va de siglo XXI.

  3. Pues yo creo que es bastante interesante además a me gusta percibir y sentir y que me mueva algo y para mi lo consigue me encanta, me he enamorado del escritor.

    Que todos los seres de todos los mundos sean felizes,

  4. Perdón, me equivoqué. Donde digo: «no hay libros parecidos», quise decir: ¿no hay libros parecidos? Aunque tal vez se entienda, por si acaso.

  5. Sorprendente por su estructura, sí, pero no es para tanto. Y en mi opinión defrauda su lectura, queda un regusto vacuo e insípido tras la sorpresa de una novedad que sí está bien tramada. No hay libros parecidos He citado a Cela y Arrabal en
    http://es.shvoong.com/books/1659093-nocilla-dream/
    No son lo mismo, pero innovan y se logran totalmente desde fragmentos que se unen.
    NEREC

  6. Lapsus lingaue señor Barsobia: a mi el atrevimiento estético y la poesía como lenguaje me parecen una experiencia lectora que se hace inolvidable, al menos transitar por los desiertos fernandezmallianos.

  7. Perdona Alvy
    ¿qué es lectura diferencial? En cálculo alude a lo infinitamente pequeño. No, en serio, me gustaría saber qué es lo que a los lectores les apasiona de esta novela, porque si todo se atiene al pretendido contraste con el apolillado panorama de la narrativa actual y autóctona, evidente mediocridad en ambición y formas, me parece que hace falta decir por qué una novela torpe y bienintencionada pero menos casposa es un motivo de alegría.

  8. También he leído críticas estupendas de este libro, pero no me acabo de animar a leerlo, no sé porqué. Quizás porque no acabo de entender qué me voy a encontrar, aunque a lo mejor esa es la razón más poderosa por la que debería leerlo. Supongo que lo haré al final.

    Un saludo

  9. ¿De veras no les parece una lata este libro? Y no me parecen mal las latas. Yo he intentado leerlo con muy buena voluntad y me parece más falso que el monedero de Gide. De súbito me fui derechito a dos obras de Donald Barthelme que tenía por casa y hacía mucho que no leia: City Life y Prácticas indecibles, actos antinaturales. Me parecen textos realmente modernos o postmodernos del 68. Libros que Fernández Mallo, al que sí le reconozco una intención ponderadamente buena, estoy convencido que habría deseado escribir. No entiendo la pasión avellana, creo que es un libro que se está leyendo desde la excitación, o aun peor desde la consigna, quizás esto tenga que ver con lo benevolentes que sus lectores son con este castellano pre-congelado, que tiene de experimental unicamente la impericia del ensayo y error. Una novela de aprendizaje, no es poco, no es para tanto.

    • Si, Agustin Fernandez Mallo, se ve opaco como un Jack Kerouac impenitente, vagando por un mundo donde una filmacion diria mas y mejor…

  10. Para empezar creo que es un buen libro. Me ha recordado a «Cronicas de Motel» de Sam Shepard (salvando el tiempo transcurrido desde que lo leí). Al igual que éste «Nocilla Dream» carece de hilo argumental y su unidad se basa en esa voz que discurre soterrada y que consigue amalgamar la estructura del libro. La virtud, la agilidad de su prosa y la habilidad del autor para mantener esa pizca de tensión alrededor de una imagen en principio tan sencilla como la de ese olmo del que penden numerosos pares de zapatos.
    ¿Mejor novela del año? Quizás es excesivamente osado afirmarlo, sí podría considrarse la más sorprendente.
    ¿El inicio de un nuevo camino para la novela española? Posiblemente, pero en igual medida que ese camino viene marcado por cada buena novela que se publica.

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