En unos días se publicará el informe anual sobre Hábitos de lectura y compra de libros en España 2013. Como cada año hablaremos de él durante semanas.
Y nos rasgaremos las vestiduras –o no– con los índices de lectura de los españoles. Tomaremos los números y los sumaremos, restaremos y haremos raíces cuadradas para respaldar nuestras tesis; como con los resultados electorales, todos ganaremos, los optimistas y los apocalípticos. Ya lo verán.
Según ese informe de 2012, un 65,8% de los compradores afirmaba que su lugar de compra habitual era la librería tradicional. Sin embargo, bajando a lo concreto, solo el 46,8% de ellos había adquirido su último libro en una de ellas. Casi 20 puntos menos.
Los libreros –a través de su organización Cegal– publican el Barómetro de ventas de las librerías de España. El último se cerró en septiembre del año pasado. Y los datos son demoledores: durante el segundo cuatrimestre de 2012, las ventas de libros en las librerías independientes fue el más bajo del ciclo histórico, con un descenso ¡del 16,07%! respecto al mismo periodo de 2011, profundizando la «tendencia confirmada de descenso de las ventas, en los dos últimos años».
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