El fenómeno Podemos nos puede ayudar a reflexionar o a mirar lateralmente al propio sector del libro. Hay tres aprendizajes claros:
- En el sector del libro probablemente también existe una ‘casta’ formada por parte, no diré que todos, de los que llevan tiempo en las instituciones, ningunean a todo lo que se mueve fuera de ellas, cuentan o hablan con un discurso anclado en el tiempo en unos casos o flsamente utópico en otros, pero que se encuentra poco asentado en la realidad.
- Los pequeños núcleos y lo líquido asociativo. Podemos no tiene estructura. Son, aparentemente muchos pocos que en la cotidianidad pueden casi difuminarse. Son los ‘pezqueñines’ que no han querido ni conertirse ni copiar hasta ahora a los grandes. La vida, o por lo menos parte de ella, se mueve fuera de lo aparentemente establecido. Quizás esos espacios únicos de convivencia entre grandes y pequeños deban repensarse porque es claro que los intereses no son los mismos.
- Llamada a nuevos modelos y formas asociativas. La estructura tradicional sectorial va desangrándose lentamente. El número de socios y la participación de los mismos marca una clara tendencia a la baja. Al igual que los partidos pierden votos, las asociaciones pierden socios. Curiosamente Diego Moreno de editorial Nórdica afirmaba recientemente que “Ahora mismo, todo lo que sea asociarse es la única manera de salir adelante. No queda más remedio que ceder parte de la soberanía y del ego”. La pregunta que me queda en el aire es dónde, con quién y con qué modelo asociarse si todo parece ir marcando una clara tendencia hacia la muerte o mala vida de muchos de los modelos actuales. Quizás haya que empezar a crear pequeños núcleos abiertos, transversales donde la interrelación, los discursos y las acciones sean otros.
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