«Los bibliotecarios han sido demasiado humildes a la hora de hacer saber para qué sirven»

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En primer lugar, ¿qué destacaría sobre su gestión en la Biblioteca: qué proyectos se han puesto en marcha desde su llegada y qué tiene en mente hacer en el futuro? ¿Cuáles considera que son sus fondos más valiosos?

Tras la recuperación de las valiosas piezas expoliadas en 2007 que tanto daño habían causado a la autoestima profesional del personal de la Biblioteca y a su propia imagen pública, nuestro proyecto responde a la ambición de posicionar la Biblioteca Nacional en el siglo XXI, a la altura que le corresponde en tanto que cuarta o quinta Biblioteca Nacional más importante del mundo, con la mirada siempre puesta en los lectores, presenciales y remotos, y en la sociedad en general. Más allá de las necesarias inversiones en seguridad que se imponían urgentemente, la apuesta ha sido doble: la digitalización, inmensa oportunidad de proponer nuevos servicios al usuario a la vez que importante apoyo a la conservación y seguridad de los fondos, y la captación de nuevos públicos a través de exposiciones de calidad, ciclos de charlas, conferencias, etc., así como talleres para los más jóvenes en un esfuerzo por despertar nuevas vocaciones de estudio e investigación en estrecha colaboración con el sistema educativo.
Estas acciones se han traducido en el lanzamiento de la Biblioteca Digital Hispánica, la Hemeroteca Digital, exposiciones como la de Obras Maestras, Miradas sobre la Guerra de la Independencia, o Amadís de Gaula: 500 años de libros de caballerías. Las dos últimas han incorporado guías didácticas impresas y digitales que, en sinergia con las numerosas actividades de extensión educativa desarrolladas por el Museo de la Biblioteca sobre temas muy variados pero siempre relacionados lúdicamente con el universo de lo impreso en todos los ámbitos, constituyen nuestra oferta a docentes y alumnos.
Todo esto es posible dada la riqueza y valor de nuestras fondos tanto antiguos como modernos. Me es muy difícil determinar cuáles son las piezas más valiosas. Sólo puedo decir que la Biblioteca Nacional encargó a una comisión multidisciplinar de especialistas la selección de nuestras 100 obras maestras y el resultado fue de 200 obras ante la imposibilidad de seleccionar 100 entre tantas obras excepcionales. Todas ellas forman parte de nuestra colección digital de Obras Maestras (el códice de Mio Cid, los códices de Leonardo, la primera edición del Quijote, el De Aetatibus Mundi, el Beato de Liébana, el Catecismo Rico de Cisneros, el Libro de Horas de Carlos VIII, el Dioscórides, el Eskylitzes, los mapamundis de Ptolomeo, dibujos de Velázquez, grabados de Goya y Durero, las importantes colecciones relacionadas con la historia de las Américas… La verdad, ¡yo tampoco sé por qué obra inclinarme!

Con el proyecto de digitalización que se ha empezado a llevar a cabo se puede tener acceso a la consulta de fondos hasta ahora sólo disponibles físicamente en la Biblioteca. ¿Cómo de ambicioso es este proyecto? ¿Sería posible consultar algún día la totalidad de la Biblioteca Nacional online?

La Biblioteca Digital Hispánica nace en la red el 13 de enero 2008 con 10.000 obras cuidadosamente seleccionadas por eminentes especialistas, y ordenadas en ocho colecciones. El 31 de enero el Ministro de Cultura suscribía con el presidente de Telefónica un ambicioso convenio de cooperación estratégica por un montante de 10 millones de euros que, en cinco años, nos llevará a incorporar unas 200.000 obras más. Se trata de uno de los más importantes proyectos de digitalización masiva en Europa.
Ahora bien, la totalidad de nuestros fondos alcanza unos 26 millones de piezas, así que tarea no nos va a faltar hasta llegar a poner en línea, en texto completo, al menos el 20% de nuestras colecciones de manuscritos, incunables y raros, libros y folletos, revistas y publicaciones seriadas, dibujos, grabados, mapas, partituras, grabaciones sonoras y audiovisuales, fotografías, materiales efímeros de gran interés, etc. Y digo el 20% porque, tradicionalmente, se considera que es el porcentaje de títulos que más se utilizan en cualquier biblioteca, sea cual fuere la dimensión de sus fondos…

Milagros del Corral¿Cree usted que actualmente el acceso a la cultura es una realidad para el ciudadano medio español?

Sin duda España pone a disposición del ciudadano medio una oferta cultural de gran calidad y variada gama (museos, exposiciones, tesoros bibliográficos y documentales, bibliotecas, música, teatro, cine, artes digitales, etc.) que nada tiene que envidiar a la propuesta de los grandes países del mundo. Por fortuna, son cada día más los ciudadanos que participan y la disfrutan, como lo demuestran las estadísticas de visitantes crecientes de todas las instituciones, y los índices de hábitos culturales que se publican oficialmente. También es importante señalar el positivo papel de la cultura en la imagen de nuestro país y el creciente interés del turismo por las actividades culturales españolas, cada día más apreciadas.

¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías en la difusión cultural? ¿En qué medida favorecen posibles iniciativas de la Biblioteca Nacional?

Las nuevas tecnologías son quizás el más importante vector de difusión a nivel global en nuestros días. Y, por supuesto, también lo son para la cultura. Todos hemos ido aprendiendo a optimizar su utilización en beneficio de la difusión de la cultura hasta alcanzar sectores físicamente alejados a los que antes no llegábamos. Además, es preciso considerar el impacto de las tecnologías entre los jóvenes y adolescentes. Ellos representan el futuro de nuestra sociedad y tenemos que utilizar los medios que prefieren para transmitir tanto el legado cultural de las generaciones que nos precedieron como los frutos de la creación contemporánea, sin dejar por ello de atender las necesidades de otros usuarios que, por razones generacionales, prefieren sistemas de difusión cultural más “clásicos”.

¿El canon europeo sobre las bibliotecas puede influir de forma negativa en las adquisiciones y, por extensión, en las posibilidades de desarrollo de las bibliotecas públicas en España?

Yo no lo creo. Y me parece sorprendente que haya quien así lo estime. ¿Por qué no nos parece que la adquisición de mobiliario, o de equipamiento informático, a las que las bibliotecas deben hacer frente disminuya sus posibilidades de desarrollo? ¿Por qué somos tan cicateros a la hora de reconocer la necesidad de remunerar a los autores y creadores que, históricamente, son precisamente quienes generan nuevas expresiones culturales y artísticas y cuyas obras nutren nuestras bibliotecas, muchas veces gracias al depósito legal del que benefician todas las bibliotecas patrimoniales? Nada es gratuito, todo cuesta y alguien lo tiene que pagar si queremos que el acceso a la cultura continúe siendo gratuito en las instituciones bibliotecarias. En realidad, es un rubro más del presupuesto, tan justificado como los demás, y está además muy lejos de representar cantidades importantes.

¿Su formación como bibliotecaria le otorga una perspectiva nueva, o mejor, sobre las posibilidades de gestión de la entidad?

El que un profesional de las bibliotecas se encuentre al frente de la Biblioteca Nacional no debería ser considerado una rareza sino más bien algo normal. Desde luego, yo no me vería al frente de la Agencia Estatal del Medicamento sólo porque conozco la posología y los efectos de la aspirina…
Desde la experiencia profesional, es más fácil comprender las debilidades y fortalezas del centro, identificar sus necesidades y concebir un proyecto institucional compartido por todos quienes en ella trabajan como un equipo bien rodado. Mis colegas son el auténtico “nervio” de la Biblioteca Nacional y nada serio puede hacerse si el equipo no participa del proyecto común porque no cree en él. Conviene recordar, además, que esto no es un centro cultural que, tangencialmente, ofrece servicios bibliotecarios sino justamente al contrario: esto es la Biblioteca Nacional que se abre a todos para, con todas las garantías de seguridad, mostrar sus tesoros y sus secretos a quienes tengan interés por conocerlos a través de nuestras exposiciones, consultarlos o estudiarlos haciendo uso de los servicios bibliotecarios y de sus nueve salas de lectura e investigación.

¿Cuáles son las cualidades imprescindibles que debería tener un buen bibliotecario? ¿Se pueden poner en práctica esas mismas cualidades como Directora de la Biblioteca Nacional?

En mi opinión, ser bibliotecario hoy requiere conocimientos interdisciplinares complejos, pero, hoy como siempre, nuestra profesión se basa en una generosa vocación de servicio al público con el que debemos compartir cuanto sabemos y ayudarles en el manejo de nuestros fondos. Claro que a las dotes de psicólogo y docente que siempre nos fueron propias, el bibliotecario de hoy debe contar con conocimientos tecnológicos y jurídicos (en materia de derechos de autor) y en mecanismos de seguridad, capacidad de interactuar con arquitectos (porque siempre hay obras en planta), con los medios de comunicación que tanto nos ayudan pero siempre preguntan por lo que menos esperamos… En fin, todo ello no obsta para que todo bibliotecario deba saber animar equipos humanos, gestionar recursos económicos siempre escasos, aprender a captar contribuciones extrapresupuestarias a través del mecenazgo, desarrollar dotes diplomáticas para el trabajo internacional (las bibliotecas de todos los países trabajan cada día más en proyectos conjuntos), lo que a su vez requiere el dominio de lenguas extranjeras y en particular del inglés… Y, desde luego, hay que estar al día en la gestión de la información y en el devenir de nuestra actividad profesional. Total, ¡casi nada!

Su trabajo la ha llevado a trabajar fuera de España y obtener una visión mucho más amplia sobre la situación de otros países en materia bibliotecaria. ¿Podría darnos una somera opinión sobre la situación de las bibliotecas públicas en España (sobre todo comparándolas con las del resto de Europa)? ¿Y sobre la formación universitaria en Biblioteconomía?

Desde mi experiencia internacional de tantos años puedo decir que las bibliotecas españolas se están recuperando en los últimos tiempos de un atraso casi secular que nuestro país arrastraba en esta materia. Nada tienen que ver las bibliotecas públicas, ni las universitarias, ni la propia Nacional que yo conocí en mis primeros pasos profesionales de los años 60 con las que he encontrado a mi regreso de la UNESCO.

Las bibliotecas españolas se están recuperando en los últimos tiempos de un atraso casi secular

También ha avanzado sensiblemente la formación universitaria en biblioteconomía, aunque algo se ha perdido por el camino: me refiero al tratamiento de los fondos antiguos y al dominio de las herramientas necesarias para el mismo (latín, paleografía, etc.) que ahora no figuran en la formación de las nuevas generaciones de profesionales de la biblioteconomía. Esto me parece preocupante, sobre todo si pensamos en el rico acervo bibliográfico, en gran parte sin catalogar, que atesoran muchas de nuestras bibliotecas, incluidas las públicas y las universitarias, por no hablar de la propia Biblioteca Nacional. De ahí que, en colaboración con las universidades, estemos impulsando la creación de formaciones de postgrado en esta especialidad para asegurar de algún modo la continuidad de estas tareas desde el rigor profesional.

¿Está infravalorado el trabajo de los bibliotecarios en España?

Claramente sí. Y creo que ello se debe sobre todo a la infravaloración económica de la profesión. Por desgracia, las sociedades desarrolladas tienden a asociar la valoración social de una profesión al reconocimiento económico que recibe, y así nos va. Es nuestro deber poner en valor la función social y cultural de nuestro trabajo y la grave responsabilidad que asumimos con respecto a la preservación de los fondos cuya custodia nos ha sido atribuida. Por suerte, la sociedad sabe apreciar las profesiones cuya utilidad está fuera de toda duda, como debe estarlo la nuestra. Pero no todos saben de nosotros, quizás porque los bibliotecarios han sido demasiado humildes a la hora de hacer saber para qué sirven y cuál es el valor añadido que aportan a la vitalidad social y cultural del país. Hay todavía mucho que hacer en este terreno.

¿Cuál es la responsabilidad de la Biblioteca Nacional en la difusión de la cultura, o en los proyectos de fomento de la lectura que se llevan a cabo desde el Ministerio de Cultura? ¿Y su posición general dentro del mundo de la cultura?

La Biblioteca Nacional es un Organismo Autónomo vinculado al Ministerio de Cultura. Como tal, participa de las preocupaciones y de los objetivos del Ministerio y colabora institucionalmente con las demás bibliotecas a través del Consejo de Coordinación Bibliotecaria establecido por la nueva Ley del Libro, la Lectura y las Bibliotecas. Por otra parte, tenemos una fuerte implicación en temas tecnológicos y digitales a través de CEDALMAC, cuya presidencia nos fue delegada, y desarrollamos convenios de cooperación con comunidades autónomas para la reconstrucción digital de su memoria histórica, bibliográfica y documental, así como con las universidades para la oferta conjunta de servicios a audiencias que, en gran parte, nos son comunes. También participamos activamente en grandes operaciones culturales del Ayuntamiento de Madrid (Noche en Blanco, VivAmérica, etc.), sede de nuestro emblemático edificio principal.
En el ámbito general de la cultura, la Biblioteca Nacional cuenta con un importante reconocimiento institucional y social que esperamos se refuerce más aún con el próximo establecimiento de la Fundación de Amigos de la Biblioteca Nacional de España, en el que participarán muchas importantes empresas nacionales y multinacionales. He podido comprobar con alegría que mi tarjeta de visita como Directora General de la Biblioteca Nacional abre muchas puertas. Con ocasión de nuestro Tricentenario, que conmemoraremos a finales de 2011, trabajamos en un proyecto que integra un número importante de acciones destinadas a celebrar tan respetable cumpleaños con sectores tan diversos como el mundo del libro, el universo académico, los artistas, los lectores, los hispanistas, el sistema educativo, los internautas, los medios de comunicación, etc. ¡Estamos empeñados en que todos los ciudadanos se enteren de nuestro cumpleaños y se animen a celebrarlo con nosotros!

En relación con la pregunta anterior, ¿cuál cree que es la responsabilidad (si la tienen) de las editoriales en el fomento de la lectura y la difusión cultural? ¿Cree que estamos ante un panorama con demasiados libros, demasiada oferta?

Ni que decir tiene que las editoriales tienen una clara responsabilidad en la difusión cultural. ¡Es precisamente el eje de su actividad empresarial! Su responsabilidad va desde el momento mismo de la selección de obras a publicar hasta el de distribuirlas por todos los canales posibles con el fin de hacerlas más fácilmente accesibles a sus potenciales lectores. Sobre las editoriales recae también la adecuada remuneración de los autores y su promoción pública, nacional e internacional, a través de un variado número de iniciativas entre las que se encuentran también los premios literarios o las campañas de promoción de la lectura en colaboración con los poderes públicos.
Me alegra poder comunicar que actualmente trabajamos en la puesta en marcha de un proyecto conjunto concebido por la Biblioteca Nacional en asociación con la Federación de Gremios de Editores de España para la puesta en marcha de una oferta experimental de libros protegidos por el derecho de autor en el marco de nuestra Biblioteca Digital Hispánica. Se trata de un proyecto I+D+i tecnológicamente complejo que acaba de obtener la aprobación y apoyo financiero del Plan AVANZA del Ministerio de Industria en el que tenemos puestas grandes esperanzas.
El proyecto ODIBNE-Pro debe permitirnos medir el impacto de la oferta digital de obras protegidas sobre el mercado convencional del libro, así como sobre el desarrollo del comercio de contenidos digitales, no sólo en la web sino también a través de los nuevos dispositivos de lectura digital que pronto aparecerán en el mercado español. De veras un gran proyecto que pone de manifiesto que los editores españoles no quieren quedarse atrás en la utilización racional de las nuevas tecnologías en la difusión de la cultura y en la comercialización de los productos culturales. Y tengo que agradecer que hayan deseado hacerlo en “joint-venture” con la Biblioteca Nacional que, con este proyecto, se alinea también por primera vez con las prioridades del Plan Nacional de Investigación en una de sus áreas más punteras y de mayor aportación a la innovación y a la productividad.

Por último, ¿podría adelantarnos algunas actividades que se vayan a poner en marcha en este año?

Esperamos poder culminar en 2009 la implantación del Sistema Integrado de Gestión Bibliotecaria, ya iniciado con los módulos de catálogo y usuarios, que permitirán una gestión global y moderna de esta institución que, por su envergadura socioeconómica (dos sedes, más de 1000 trabajadores, un presupuesto nada desdeñable) y por su función investigadora y cultural, requiere contar con una gestión moderna que haga un uso optimizado de las nuevas tecnologías.
Tendremos también los resultados de la primera gran encuesta profesional de usuarios que la Biblioteca lleva a cabo con el apoyo de una gran empresa especializada, que nos permitirán adecuar nuestros servicios implantando en nuestra futura web renovada, que pronto verá la luz, otros de valor añadido que respondan a las necesidades y expectativas de nuestros usuarios actuales y futuros.
Esperamos mejorar nuestra comunicación a través de la web, la nueva intranet y nuestra presencia en las redes sociales. Nos iniciamos en Facebook a mediados de noviembre y ya tenemos casi 700 fans. Son tres niveles distintos de comunicación que a finales de este año 2009 hemos de saber declinar con naturalidad y eficacia.
Esperamos avanzar a buen ritmo en el proyecto de digitalización masiva con la incorporación de unas 40.000 nuevas obras, amén de transponer a OAI nuestra Hemeroteca Digital, cuyas colecciones también esperamos ampliar sustancialmente. En primavera lanzaremos el Portal Digital del Teatro del Siglo de Oro en colaboración con la Biblioteca Virtual Cervantes, y esperamos poder avanzar en el diseño y realización de un proyecto cooperativo con las Bibliotecas Nacionales iberoamericanas con el objeto de proponer una oferta digital conjunta sobre recursos bibliográficos relativos a las Independencias de América, cuya conmemoración comienza en 2010.
Abordaremos también por vez primera el archivo de Internet (dominio “.es”) con el fin de preservar el patrimonio español «nacido digital» Y, por supuesto, esperamos sacar adelante ODIBNE-Pro, al que antes me referí.
En el plano internacional, seguiremos participando activamente en proyectos europeos y, en particular, en Europeana y en el ARROW que ahora se inicia, con financiación de la Comisión Europea, para la construcción de una base de datos europea que permita identificar las obras huérfanas y descatalogadas, facilitando los complejos trámites que deben permitir la inclusión de dichas obras en plataformas digitales gestionadas por las bibliotecas. En septiembre de 2009 la Biblioteca Nacional será también la anfitriona de la Conferencia Europea de Directores de Bibliotecas Nacionales (CENL) el más importante órgano de coordinación bibliotecaria a nivel europeo que traerá a Madrid a más de 50 Directores de estas emblemáticas instituciones.
Desde una perspectiva más institucional, esperamos que la aprobación del nuevo Estatuto de la Biblioteca Nacional de España, actualmente en avanzado estado de tramitación, permita que el renovado Real Patronato que la rige apruebe el Plan Estratégico 2009-2011, así como los Objetivos 2009 con sus correspondientes indicadores de rendimiento que permitan la evaluación de lo conseguido.
Nuestra sede de Alcalá de Henares contará también con su sexta torre de depósito, que esperamos alcance plena operatividad a lo largo del año.
Recoletos ofrecerá sorprendentes exposiciones tales como Malaria (el guiño que nuestros fondos dedican al universo de la ciencia a partir de un tema de máxima actualidad, que además viajará a Barcelona), La Copla, que pondrá en valor nuestras estupendas colecciones multi-soporte sobre este género musical tan español que está de nuevo alcanzando notoriedad tras un largo período de abandono, o Dibujos de Arquitectura de los siglos XVII y XVIII. Todo ello será posible gracias a la generosa colaboración de empresas y fundaciones que han decidido acompañarnos en estas iniciativas de extensión cultural. Y, por supuesto, perseveraremos en nuestra colaboración con el sistema educativo y con la función pedagógica de nuestro Museo, cada día más visitado por españoles y extranjeros.
Y last but not least, esperamos que finales de año la Fundación de Amigos de la Biblioteca Nacional de España sea plenamente operativa y haya alcanzado su velocidad de crucero.

2 COMENTARIOS

  1. Yo siempre eh valorado toda su humilde ayuda alos bibliotecarios

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    Hola espero que no sea de molestia.
    Somos un nuevo blog de literatura y cultura, encofados mas en la literatura porque en ella es claro que siempre hallaremos algo de cultura.
    Nos gustaria saber si podemos afilar tu blog en el nuestro y nosotros en tu blog.
    Asi para promocionarnos mutuamente.

    Buen blog porcierto.

    http://www.literacultura.blogspot.com

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