La vida en los barrios de placer y la descripción de sus habitantes corrió, en el Japón de comienzos del siglo XX, a cargo de Nagai Kafū. Él fue, como se le describe en el prólogo de Una extraña historia al este del río, el más libertino de los escritores japoneses o el mejor escritor de los libertinos japoneses. Su conocimiento de primera mano de la vida de las prostitutas, camareras y geishas, y de los hombres que las frecuentaban, así como el uso de las técnicas naturalistas en sus novelas, convierten sus historias en instantáneas del mundo del placer del Japón de su época.
Una extraña historia al este del río recoge dos relatos largos: el que da título al volumen y «Durante las lluvias». «Una extraña historia al este del río» relata el encuentro con una joven prostituta de un escritor —trasunto del propio Nagai— que, durante el verano, abandona cada anochecer su casa huyendo del ruido de sus vecinos que escapa por las ventanas abiertas. Las visitas a Yukiko permitirán al escritor retomar la escritura de una novela en la que se hallaba estancado, a la vez que serán la excusa para vagabundear por las calles de un tradicional barrio de placer al otro lado del río.
«Una extraña historia al este del río» es un curioso relato donde la narración de los últimos días del verano y las visitas a la joven Yukiko se intercalan con las reflexiones del protagonista/escritor sobre la manera de avanzar en la novela en la que está trabajando, e incluso con breves fragmentos de esa novela en construcción. Pero sobre todo es un relato donde se consigna con melancolía una forma de vida que desaparece.
En los dos relatos que incluye el libro, Nagai hace referencia a los cambios que Tokio había sufrido tras el gran terremoto de 1923. Escritos durante la década de los treinta, tanto «Una extraña historia al este del río» como «Durante las lluvias», retratan una ciudad en reconstrucción donde, con los escombros, se desechaban también muchas de las formas tradicionales de vida. Especialmente «Una extraña historia al este del río» es una historia que destila nostalgia por un mundo amado que desaparece: la genuina nostalgia del propio Nagai Kafū, visitante asiduo de los barrios de placer.
«Durante las lluvias», que podría englobarse en la categoría de novela corta, cuenta la vida de Kimie, una joven que trabaja como camarera y ejerce la prostitución de manera esporádica. Hermosa, voluptuosa y muy apasionada, Kimie tiene relaciones paralelas con varios hombres, lo que hace su vida un tanto complicada. No obstante, Kimie acepta su día a día con relajada despreocupación.
Sin duda, puede chocar al lector occidental la falta de escrúpulos morales de la protagonista de «Durante las lluvias». No es la joven engañada o arrastrada a la prostitución por aciagas circunstancias a la que estamos acostumbrados en nuestra literatura; por el contrario, Kimie, a la que solo se puede acusar de indolencia, afronta cada día con cierta indiferencia por lo que hace. No ama a los hombres a los que se entrega —aunque disfruta con ellos—, y esa ausencia de amor, que los hombres no le perdonan, es tal vez la causa de los desafortunados acontecimientos en los que se verá envuelta y que suponen el hilo conductor de la historia.
Una extraña historia al este del río resultará una lectura agradable para los seguidores de la literatura japonesa. La maestría de Nagai Kafū se aprecia especialmente a la hora de describir con sobrecogedora belleza los paisajes urbanos del Tokio de la época, descripciones que abundan en las dos narraciones y compensan algunas carencias narrativas como los finales un tanto abruptos de ambos relatos.
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