Tres historias en torno a Gatsby reúne tres relatos de Francis Scott Fitzgerald en los que no hay asomo del héroe de su conocida novela, pero sí mucho de ese ambiente característico que el estadounidense imprimía a sus historias, donde jóvenes de la buena sociedad protagonizan historias de amor que casi nunca tienen final feliz.
Los protagonistas masculinos de estos relatos, como casi todos los de la narrativa de Fitzgerald, son hombres hechos a sí mismos que han logrado el éxito y la fortuna gracias a su propio esfuerzo. Sin embargo, y aunque ese es un tema recurrente en la literatura norteamericana, no es la persecución del éxito el eje de estas historias, sino el amor. En estos relatos, los protagonistas dejan de ser acomodados hombres de negocios para convertirse en humildes enamorados que están dispuestos a hacer lo que sea por la chica de sus sueños. Esas chicas son las flappers de los felices años veinte. Mujeres de pelo y falda cortos, hermosas, indolentes, emocionalmente inestables, que se dejan querer pero que rara vez están dispuestas a amar.
Francis Scott Fitzgerald logró crear en sus relatos una atmósfera que aúna una enorme vitalidad con un ambiente en cierto modo decadente y nostálgico. Como retratista de la juventud de su época supo dejar constancia de esos días despreocupados antes de la madurez, consignándolos con la melancolía de quien los sabe efímeros; y ese ambiente de añoranza se ve reforzado por la idea de que los dorados años veinte fueron barridos por la Gran Depresión, que acabó con el oasis que esa década supuso tras la Primera Guerra Mundial.
Todo lo expuesto es la esencia común de los tres relatos que forman el presente volumen. En «Sueños de invierno», el joven caddy Dexter logra cumplir su sueño de infancia: jugar al golf con los hombres cuyas bolsas cargaba en la adolescencia. Sin embargo, su vuelta a su pueblo natal supondrá también el reencuentro con la hermosa Judy Jones, cuyo encanto fascinará a Dexter.
Judy es una joven sofisticada, que vive asediada por una nube de pretendientes, entre los que hace un hueco al enamorado Dexter. Pero, como la mayoría de las heroínas de Fitzgerald acabará por demostrarse su incapacidad para amar otra cosa que sus propios caprichos.
Otra historia de amor desafortunado se narra en «Lo más sensato», donde George O’Kelly está dispuesto a renunciar a todas sus aspiraciones a cambio de contraer matrimonio con Jonquil Cary. Pero ni abandonar sus sueños, ni más tarde cumplirlos, logrará devolverle el amor de Jonquil. La incertidumbre ocasionada por depositar futuro y esperanzas en las manos de otra persona y el dolor de la ruptura son recogidos con sutil pericia en este delicioso relato.
Tanto en «Sueños de invierno» como en «Lo más sensato» ambos protagonistas acatan con resignación y sin amargura la pérdida del amor. De alguna manera, Fitzgerald trasmite la idea de que, en temas de amor, existe un fatum contra el que nada puede la voluntad humana.
Más desconsuelo muestra James Powell, protagonista de «Dados, puño americano y guitarra», al que se le niega el acceso a los círculos de la buena sociedad de Southampton. Este relato, sin duda el más extraordinario del volumen, es una especie de divertido cuento de hadas de la época del jazz, con moderna hada madrina incluida para darle el toque al final feliz.
A pesar de ser más conocido por sus novelas, en especial por El gran Gatsby, la producción cuentística de Francis Scott Fitzgerald merece ser tenida en cuenta. Por el ambiente que creo en sus escritos, pero sobre todo por crear un personaje femenino arquetípico que otros autores retomarían, como Truman Capote con su Holly Golightly de Desayuno en Tiffany’s.
Más de Francis Scott Fitzgerald:
Es un muy buen libro. Y concuerdo por completo con el comentario anterior. Fitzgerald debería ser más leído, tiene una obra fantástica.
És una lástima que Francis Scott Fitzgeralsd sea conocido solo por su obra El Gran Gatsby. Su obra (novelas o relatos cortos) es muy prolífica e interesante, sobretodo para profundizar en el período histórico después de la Primera Guerra Mundial.
Gracias por esta recomendación literaria.