Confieso mi total desconocimiento acerca de la obra de Slavoj Žižek antes de leer este libro; y también puedo decir que, después de terminarlo, uno se queda con muchas ganas de profundizar un poco más en el pensamiento de este pensador esloveno.
«En defensa de la intolerancia» parte de una premisa beligerante: ante la progresiva economización de la polÃtica —regida por los grandes imperios empresariales—, es necesaria una actitud disconforme, politizante, que defienda desde posiciones de izquierdas una visión alejada del multiculturalismo inocuo y anestesiante que se impone desde el ejercicio tolerante del poder. A partir de esta idea, Žižek desarrolla otras cuantas a lo largo de las poco más de cien páginas del libro, a cada cual más interesante y comprometida.
El punto clave para entender lo que el autor exponer es simple: la polÃtica, entendida como una discrepancia ideológica, ha llegado a ser una pura entelequia, en tanto sólo contribuye a sostener un orden aparente que perpetúa el sistema injusto que rige el mundo. El capitalismo feroz, que ha evolucionado hasta convertirse en un mecanismo que aglutina a cualquier otro sistema, no permite que especulaciones de Ãndole polÃtica (no digamos ya humanista, siquiera moral) pongan en cuestión la idoneidad de su funcionamiento. Las tradicionales divisiones entre derecha e izquierda, conservadores y progresistas, pierden valor ante un régimen que diluye las diferencias en favor de una igualdad que unifique a todos bajo un aparente velo de felicidad y progreso. De ahà que el multiculturalismo, el liberalismo tolerante que se favorece (casi se impone) desde las tribunas, no sea más que una fachada que sólo tiene como fin aunar a todo el género humano; una masa de seres que perciben sus distinciones como una mera desviación y cuyas demandas son atendidas sólo en apariencia por el estado.
Žižek entiende la polÃtica como una lucha, una divergencia de puntos de vista que conduce a una mejora de la condición humana; en sus propias palabras:
He aquà la verdadera polÃtica: ese momento en el que una reivindicación especÃfica no es simplemente un elemento en la negociación de intereses sino que apunta a algo más y empieza a funcionar como condensación metafórica de la completa reestructuración de todo el espacio social.
Las polÃticas «identitarias» contemporáneas parecen dar a diferentes grupos (homosexuales, feministas, trabajadores) soluciones inmediatas, cuando en realidad los subsumen en un conjunto de entes en apariencia satisfechos, cuyo lugar —inamovible— en el tejido social está sólidamente establecido. La alienación se llena de extraños matices, deviniendo en «desalienación» (como la denomina Žižek): la autoridad simbólica de la figura del padre —el Estado, la Empresa— se desmorona, generando una serie de metas imaginarias (éxito social, belleza corporal, bonanza económica) que apenas pueden alcanzarse, mientras nuestras actividades más Ãntimas son aprovechadas por aquellas autoridades para su propio beneficio. Creemos estar dentro del sistema cuando, en realidad, sólo lo estamos en la medida en que contribuimos a su desarrollo.
Esto ha dado lugar a lo que Žižek llama post-polÃtica: un sistema en el que las diferencias entre visiones polÃticas enfrentadas (más o menos tradicionales) queda sustituido por una alianza entre «tecnócratas ilustrados» y «liberales multiculturalistas». La polÃtica deja de ser el arte de lo imposible (cambiar los parámetros de lo comúnmente aceptado) para transformarse en el arte de lo posible, de lo que funciona: esto es, de lo que genera beneficios. AsÃ, su funcionamiento es, en palabras del autor, interpasivo: está en permanente actividad con el único propósito de que lo que importa permanezca inmutable.
No creo haber resumido en estas lÃneas ni la mitad de las ideas Žižek, que son tan inteligentes como lúcidas, ni tampoco de haberlo hecho con fidelidad; sin embargo, sà creo que el tono general del texto puede ser comprendido. Y, como dije al principio, me parece que Slavoj Žižek es un autor al que merece la pena escuchar y leer, en tanto su visión de las cosas es mucho más abierta y comprometida que la de muchos otros intelectuales contemporáneos. Uno, al menos, se ha propuesto adentrarse un poco más en su pensamiento; ya les iré contando.
Más de Slavoj Žižek:
Hola! Pongo un link que vi ayer y que me hizo acordarme de esta reseña. No tengo nada que ver con el promotor del crowfunding, pero creo que puede ser interesante
http://www.verkami.com/projects/3615-quien-es-zizek
Una muy buena aproximación a lo que Zizec intenta trasmitir en este libro. cuando estaremos dispuestos a dejar nuestra comodidad para darnos cuenta de quiénes somos y hacia dónde vamos , ¿Por qué nos hemos deshumanizado tanto? ¿Por qué ese unos querer estar «sobre» los otros? Pueden explicarme.
[…] El prototipado se diluye. Larga vida al activismo en defensa de la intolerancia. […]
Para mà el libro fue revelador, porque gozo y padezco al mismo tiempo la condición de latinoamericana en España. Una mirada crÃtica y sin contemplaciones al eurocentrismo, un desmonte del multiculturalismo paternalista y un desafÃo valiente a favor de Freud y Marx… ¡Fascinante!
Hola, gracias por el comentario. Estaba buscando alguna referencia sobre el libro porque Público lo ofrece este sábado y estaba planteándome comprarlo. Para ser la primera vez que entro en este blog, me has convencido de hacerlo.
Un saludo y hasta la próxima
Claro que la idea está muy bien captada. Hay conclusiones del congreso de filosofÃa de 1949 que son similares. Especialmente en el ida y vuelta ideológico que emana de mantener filas en torno a sus pilares reverberando los medios..
Saludos!
Gustavo
[…] sobremanera la idea de post-polÃtica, que recoge de Slavoj Žižek a partir de lo que lee en En defensa de la intolerancia, en el blog […]
Uno de los más estilizados y mediáticos neopensadores.
Verdades como puños.
Es agradable que desde páginas como esta se recomienden este tipo de libros. Tal vez ayuden a despertar alguna conciencia.