Los Jardines de la Disidencia – Jonathan Lethem

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Los Jardines de la Disidencia - Jonathan LethemEl lector español que se acerque a Los Jardines de la Disidencia encontrará una barrera ardua de cruzar para la inmersión en la trama de esta novela: las distancias culturales entre Estados Unidos y el resto de países constituyen aquí una piedra de toque para comprender muchos de los acontecimientos que ocurren en el libro. Aparte de esto, Jonathan Lethem ofrece un ejercicio de ambientación y ubicación de proporciones grandiosas, en el que cada barrio, cada tienda, cada lugar, cada personaje, cada comida o cada referencia están plenamente inscritos en la historia reciente de su país, conformando así un tejido orgánico en el que es difícil penetrar a no ser que, o bien uno sea ciudadano estadounidense, o bien sea buen conocedor de su cultura. Salvando este escollo, cabe decir que esta última novela de Lethem es grandiosa en sus proporciones, ambiciosa en su desarrollo y pedestre en su consecución.

Los Jardines de la Disidencia cuenta los avatares de los miembros de una familia, los Zimmer, cuya matriarca, Rose, es una hija de emigrantes europeos con una arraigada filiación política. Su militancia comunista es tenaz, absoluta y no admite discrepancias, de manera que sus allegados y conocidos reciben su influencia con una rotundidad que cambia su forma de percibir el entorno por completo; su hija, Miriam, que la desprecia por su contumaz compromiso, pero que terminará por enarbolar la bandera de la lucha a su modo; su primo Lenny, cuya cobardía ante la vida se ve iluminada por la decisión de Rose; o su «ahijado» Cicero, un joven apocado cuyo paso a la madurez se lleva a cabo con la sabiduría que, sin saberlo, ella le transmite.

En realidad, Lethem acomete la tarea de desarrollar dos tramas paralelas: por una parte, la historia de unos personajes con vivencias peculiares; por otra, la mirada sobre la evolución de un movimiento progresista (no estrictamente comunista, pero también) dentro de la sociedad estadounidense de las seis o siete últimas décadas. En lo segundo su intención naufraga un tanto: la esquematización de algunos protagonistas, sumada a los arquetipos sobre hechos tales como los movimientos sociales de los años 60 del siglo XX, o el surgimiento de Occupy, hace que caracteres y escenas se tinten de ramplonería o «buenismo». Sin embargo, su retrato de personajes es colosal por su magnitud y hondura.

La figura de Rose Zimmer está trazada con majestuosidad, pintando el perfil de una mujer de carácter, con una convicción sin límites, capaz de sojuzgar bajo el influjo de su personalidad a todos aquellos que «caen» bajo su égida. Así ocurre con Cicero, pero también con sus amantes, con su primer marido y hasta con su yerno.
De similar magnitud es Miriam, cuyo compromiso surge como ruptura con la red que Rose teje en torno a ella, pero que la emparenta con su madre de forma mucho más íntima de lo que cree. Su revolución personal será práctica, quizá como repulsa al dogmatismo ideológico de su progenitora, y en sus actos encontramos algunos de los momentos más bellos y conmovedores de toda la novela.

Los Jardines de la Disidencia es una novela que quizá se tambalea en su faceta teórica o intelectual, pero que en general presenta una coherencia a prueba de bombas. Jonathan Lethem consigue mostrar un cuadro humano e histórico de proporciones majestuosas: por su hondura, por su estilo, por su mirada, por su sensibilidad y por su agudeza. Bien es cierto que la narración flaquea en algunas partes debido al interés en enmarcar la misma dentro de contextos sociales y/o históricos que fuerzan demasiado la historia, pero es encomiable la tarea que el escritor se propuso para trasladar a la ficción todo un ambiente, una atmósfera social, un sentir colectivo que, poco o mucho, influyó en el devenir de su país. Una tarea que pocos escritores acometen en castellano y que se agradecería mucho.

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1 COMENTARIO

  1. Nada tiene que ver el comunismo y la URSS con el izquierdismo burgués de corte occidental -tan arraigado en EE UU como ya nos mostrara Unabomber en su «La sociedad industrial y su futuro»- la revolución sexual, el movimiento hippie y demás subproductos sociológicos «made in Escuela de Frankfurt»

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