Este libro es la segunda obra de Albert Sánchez Piñol, después del gran éxito que supuso La piel fría, publicado en Edhasa en 2002. Al igual que aquélla, esta novela también se inscribe dentro de un género considerado ‘menor’ (añádanse todas las comillas que se consideren necesarias) como es la novela de aventuras.
Ignoro por completo si La piel fría es un buen libro o no, puesto que no lo he leído, aunque la opinión de la crítica y los lectores así hace suponerlo. Lo que sí puedo afirmar es que Pandora en el Congo me parece una novela de serie B, escrita con cierto pulso, pero sembrada de tópicos y despropósitos, que adolece de profundidad (por más que los críticos entresaquen dobles y triples lecturas de su explotada estructura en mise en abîme) y que parece más idónea para una colección juvenil que para un lector algo versado.
La trama es simple (aunque la sinopsis y algunos articulistas se esfuercen en anunciarla enrevesada): Thomas Thomson se gana la vida como negro literario cuando, por un incongruente azar, se ve forzado a poner por escrito la historia de Marcus Garvey, acusado de asesinar a los dos hijos de un noble inglés durante una expedición en busca de oro en el corazón del Congo. Los sucesos que Garvey le relata conforman un relato de horror en el que unos seres intraterrestres entran en contacto con la expedición, con intenciones nada pacíficas. La narración del reo acaba por imbricarse en la vida de Thomson con una intensidad que él mismo consideraba imposible.
En apariencia, el argumento es interesante. Y, a decir verdad, la novela está construida con pericia y sabiduría: la trama se mantiene en suspenso a lo largo de todo el libro y las situaciones se resuelven de manera enérgica, con sorpresas que se suceden con un sentido del ritmo admirable, personajes bien dibujados, con los que se puede conectar enseguida.
¿Qué es lo que falla en la novela? Para ser sinceros, la novela no falla por sí misma, sino porque trata de hacerse pasar por otra cosa palmariamente distinta (con la impagable anuencia de la crítica). Este libro es un libro de aventuras, simplemente. Eso no estaría mal si no fuera porque se nos vende como una reflexión aguda, un experimento literario con la base de la clásica novela de aventuras como trasfondo, una vuelta de tuerca a un género ‘menor’ que trasciende la simple literalidad. Y no es nada de eso.
Sánchez Piñol es un buen narrador, pero su vocación pontificadora y autorial menoscaba cualquier profundidad que pudiera buscar: sus aseveraciones y enunciados durante todo el libro son demasiado ostentosos y carentes de sutileza. Es un relato para adolescentes, para lectores poco bregados que no indaguen fuera de los límites de la linealidad más o menos sutil de la historia que tienen frente a los ojos, para gentes que traten de evadirse con una narración vibrante y seductora.
Sin embargo, no se pueden pedir peras al olmo, y esta historia no deja de ser una especie de película de terror de serie B, de ésas en las que el asesino resulta ser quien menos se espera, con un final con sorpresa que mantiene en vilo al espectador hasta el último segundo, pero que no tienen mayor trascendencia. Pandora en el Congo juega con la curiosidad del lector, la aviva, la impresiona y la excita, pero cuando uno cierra el libro no queda nada con lo que jugar. El hecho de que la historia se cuente con una cierta complejidad (si a eso se le puede llamar complejidad; no sé qué opinarían Faulkner o Beckett de algo así) no añade nada a la lectura, ni aporta mucho: es necesario para la traca sorpresa final, pero poco más. Los personajes secundarios son tan arquetípicos que apenas resultan creíbles. Las situaciones son absolutamente inverosímiles, cosa que no tendría importancia en la narración de Garvey, puesto que es ficcionada por Thomson, pero no así en la trama principal, donde el cúmulo de azares y coincidencias resulta chocante, por no decir risible.
Es posible que, con buena voluntad, un lector empecinado busque —y encuentre— una lectura más profunda, pero la novela de Sánchez Piñol es tan ramplona que todos los análisis posibles se pueden extraer en cuanto uno lleva leídas treinta o cuarenta páginas.
Como he dicho antes, como novela de aventuras tiene cierto mérito: está bien construida, con una trama ágil y tejida con pulso firme. Pero la supuesta profundidad literaria o intelectual es una falacia sostenida por una crítica que recompensa los esfuerzos de cualquiera que se aleje de los cánones literarios actuales —o que los siga a rajatabla—, como si eso tuviera un valor per se. Si, además, el nivel de lectura en España fuera un poquito más elevado, no tendríamos que aceptar que lecturas como ésta, o La sombra del viento, se considerasen de calidad, cuando el tufo a banalidad que despiden haría arrugar la nariz al lector menos avezado.
Quiero ser breve. Estoy totalmente de acuerdo con usted. Esta novela es de la serie «B» muy floja y un poco absurda. Yo la he terminado y siceramente me ha gustado muy poco. Las fantasias que se describen son ridiculas y absurdas.
Saludos.
Hola buenos días, tengo 20 años. La primera vez que leí este libro tenia 16 años. A mi parecer es uno de los mejores libros que he leído (y he leído bastantes). Quizás no goce de la facilidad de palabras que muchos poseen sin embargo no estoy de acuerdo con la opinión del Sr. Molina. Como he dicho, para mi es uno de los mejores libros que he leído. Desde que comencé me atrapó su narrativa, la unión de dos historias entre sí y la facilidad del Albert Sánchez Piñolpara permitir al lector sentir todas y cada una de las emociones tanto de Thomas Thompson como de Marcus Garvey. la historia me parece simplemente fascinante, he leído Pandora en el Congo al menos 4 veces y cada vez es diferente. Siempre encuentro cosas que antes no había visto. La primera vez que lo leí me sentí enormemente atraída por Thomas Thompson, luego una parte de mi llegó a admirar al Sr. Macmahon y esta ultima vez descubrí que simpatizaba con Marcus Garvey. En fin, me parece un libro muy versátil y todo dependerá del lector y no del autor. Ya Albert hizo su trabajo al dejarnos su obra, somos nosotros quienes decidimos jugar con ella, somos nosotros quienes decidimos a que personaje apoyar, a quien odiar, a quien amar. Él nos dejó un amplio elenco para nosotros decidir. Simplemente disfrutémoslo. (Es probable que mi opinión sea puramente subjetiva)
Acabo de «intentar» leer Pandora en el Congo. Es una novela insoportable y que no he podido acabar. Más bien a las 8 páginas ya no podía continuar leyendo más. Es una novela que no recomendaría ya que está llena de descripciones manidas y no aporta ninguna novedad a la literatura. Si te gusta leer libros con contenido, te doy un consejo: no compres este libro. Lo único que se salva es el buen uso descriptivo del escritor. Lo recomendaria o regalaria a un «no amigo» para fastidiarle.
Pandora al Congo es un muy buen libro de aventuras, digno ejemplar de su género! La crítica que se hace aquí más que al libro o su autor, debería haverse al editor o a los críticos lieràrios. Buscas aventuras? Hacer volar la imaginación sin más? Un final sorprendente? Un libro que descubrir en la playa? Leer este libro no decepcionará!. Lla «pell freda» también merecerá tu atención mientras esperamos Invictus!
Salut!
Queridos amigos,
El libro de Sánchez Piñol se puede definir en una sola palabra: fabuloso. Invita a soñar.
vaya este libro es muy interesante ya que durante toda la trama nos deja con intriga con saber que eees lo que va a pasar y es mmuyu curioso.
pero lo que en realidad no me gusto es de que haya terminado asi debieron de dsrle un poco mas de vida al ultimo momento creo que seria un poco mas emocionante.
pero se los recomiendo creeanme no sse arrepentiran de leer este magnifico libro
No se puede adolecer de profundidad, a menos que al Sr. Castro la profundidad en una novela le parezca un defecto.
Se adolece de los defectos, no de las virtudes.
Muy bien visto. Un «lector avezado», como se supone que es el autor del texto, debería conocer la diferencia entre «adolecer» y «carecer».
Se me escapa, y me da rabia que se me escape.
Al leer «Pandora en el Congo», me enganché a su trama, me reí con sus chistes y aprecié algunas de sus imágenes. Y sin embargo, al que me acuse de tocar un solo libro de Paolo Coelho, le mando a mis padrinos para concertar una cita detrás del convento de las Carmelitas.
No sentí en ningún momento que el autor pontificara desde su posición; mucho menos que lo hiciera su humilde narrador. Sí sentí, en cambio, que se cumplía la obligación de un libro, que decía Joan Fuster, y es la de hacerse leer. Cada parte parece diseñada para mantener el interés de llegar a la siguiente. Folletinesco, sí, como Dumas… pero también «Los hermanos Karamazov» es una novela folletinesca (no sé si han tenido el placer de encontrarse ustedes dos, libro y lector).
¿Será, tal vez, que mi gusto se ha atrofiado por intercalar obras modernas de pocas pretensiones con autores de la Antigüedad?
Tal vez el autor de esta crítica aprecie mejor la enésima novela sobre la Guerra Civil española, o la quincuagésima novela del «yo mi me conmigo» donde el único que disfruta es el autor y todos los pedantes que asienten.
No se preocupe: hace décadas me sentí defraudado cuando «Campeones» (Óliver y Benji, para entendernos) se convirtió en un producto de masas. El hecho de que lo consumieran muchos le restaba valor (y ya entonces sabía que era bien escaso) a mis ojos. Es normal que usted lo repudie porque se haya vendido y lo equipare a best-sellers chungos.
Pero no por ello voy a lanzarme a buscar exclusivísimos libros o series de la HBO que sólo lean los gafapasta.
Cultivados, siempre, pero pedantes, i hope, nunca.
[…] ejemplar de Tecton, la raza intraterraquea protagonista de la novela Pandora al Congo de Albert Sánchez Piñol. Estas criaturas viven en el centro de la tierra, tienen la piel muy […]
Pues menos mal que no has leído «La piel fría», porque te darías cuenta que Pandora es una repetición descarada de la fórmula que tanto éxito le dio. Saludos. A veces uno se pregunta en que piensa los editores ($$$$) y si la crítica no estará comprada.
Estimado Fer:
En efecto, el verbo está mal empleado; supongo que cuando uno redacta a veces se deja llevar por el uso común.
Gracias por el apunte y por tus palabras. Esperamos que sigas pasando a menudo por aquí.
Un saludo.
Cuidado con la utilización del vervo adolecer Sr. Molina. Me temo que no es su propósito exponer que la novela en cuestión esté enferma de profundidad o que su defecto sea la profundidad de los planteamientos.
Gracias por sus críticas, las sigo y recomiendo.
Un saludo.
Fer.
Indudablemente esta critica apesta a envidia. Se le acusa a Sanchez Piñol de no ser un escritor de altos vuelos como quien la crítica presume que es, y para reafirmarnos que su crítico conoce las exquisiteces de la literatura, nos invita a reflexionar sobre lo que hubiera pensando un Faulkner o un Beckett de este texto.
La obra de Sanchez Piñol so solo emula las grandes aventuras de las revistas Pulp de los años 20’s, 30’s y 40´s sino que además las supera porque sus libros están muy bien escritos, evitando las poses pretenciosas y preciosistas de libros más laureados y menos valiosos, como por ejemplo, LAS CORRECCIONES.
Y por supuesto que las intenciones de sus historias van más allá de lo que una lectura superficial y a simple vista muestra para los lectores apurados. LA PIEL FRIA, por ejemplo, es uno de los mejores trabajos que he leído del hombre contra si mismo y su parte animal. Es, de hecho, aunque odio las comparaciones de este tipo, una especie de Wells moderno que usa temas clásicos del fantástico del siglo XX, ojo, no como pretexto, sino como parte de su visión sobre el hombre.
La obra de Sanchez Piñol merece el lugar donde está porque es sincera, profunda, de calidad y totalmente emocionante… algo que, por ejemplo, no puedo decir de una legión de escritores más
Laia, cada vez que realiza una aportación le da tres o cuatro patadas a la gramática y a la ortografía. ¿Cómo pretende que alguien la tome en serio? Vuelva a repasar la lengua, la que le enseñaron desde que era pequeñita, y a lo mejor de ese modo se la podrá leer con algo más que un gesto de indiferencia. Y cómprese un diccionario, aunque sea para averiguar que hedor no se escribe de ese modo.
A mi parecer creo que estoy lo suficientemente cualificada para escribir igual o mejor de bien que usted. Sin duda alguna no he tenido el placer de observar que novelas recomienda, pero si es tan amable me gustaria que me recomendase alguna, ya le he dicho anteriormente que me gustaria saber el tufo que desprende, juzgarla por mi misma. Si, un escalofrío…sabe lo que es no? no edor, sino escalofrío… un saludo.
Apreciada Laia,
por el tipo de literatura que usted indica que ‘hace que un escalofrío invada su cuerpo’, es evidente que ésta no es una página para usted. Tal vez si leyera alguno de los libros que nosotros recomendamos como mejores, su capacidad de expresarse correctamente mejoraría de manera sensible. Aquí no somos escritores, pero nos gusta escribir bien.
Reciba un saludo.
amm…
Sin duda alguna es su opinión. Cabe decir que como lectora de los tres libros que ha mencionado, tanto pandora al congo, la piel fria o como la sombra del viento son libros de por si diferentes donde el lector mantiene un estrecho vinculo de aceptación o no. Pos consiguiente me remito, se trata de su opinión y nada más que de su opinión. Para nada pandora al congo es un libro de terror, es más, tampoco creo que sea de amor, pero si de reflexion, donde la mente no para ni un segundo de atar cabos para volver a ser desatados al final del libro. Quizá ese el juego de la novela, unico juego, ya que cuando cierras el libro logicamente tiene que finalizar amigo, puesto que se termino lo que se daba. En cuando a La sombra del viento, es uno de los pocos libros que me ha llegado, y por consiguiente el tufo del que usted habla quiza sea de alguno de sus escapes, o escape, para ser concreta. Sin duda alguna la Sombra del viento es un buen libro, que hizo que un escalofrío invadiera mi cuerpo al cerrar su tapa. Fantastico! Desconozco que es usted, si un simple lector, periodista..o incluso escritor. Si es escritor me gustaria que me recomendara alguna de sus novelas por ejemplo, ya juzgaria yo el olor que me emanario, o tal vez no, claro…
Hola:
No puedo estar más de acuerdo con tu crítica, Sr Molina. Añadiría además, que como novela de aventuras es larguííísima; al menos ‘La piel fría’ tiene una cantidad de páginas acorde con lo que da de s la historia. No creo que el problema sean los Intraterrestres JJ, hay novelas brillantes con elementos fantásticos en ellas.
Creo que me he perdido las alusiones mediáticas a ‘profundidad literaria o intelectual’ … personalmente, y coincidiendo con vosotros, tampoco se las veo.
En cambio, me sorprendió que en ambas novelas la única protagonista femenina fuera o bien semianimal o bien extraterrestre, que con ambas las relaciones sexuales fueran extraordianarias y que ambas estubiesen sojuzgadas física y psicológicamente a alguno de los caracteres masculinos durante buena parte de la novela. Después se habla de la misoginia de Houellebecq. Alguien ha oído algún comentario de Pinyol al respecto?
Un saludo,
El problema no está en el libro, sino en las ilusiones de encontrar la quintaesencia de la literatura que algunos tienen.
Al que no hace más que leerlo, tranquilo, sin ansia, se le aparece una novela de aventuras muy bien traida, muy bien llevada y sobre todo muy entretenida.
Gracias Sanchez Piñol!!
He leído la Piel Fria, y me ha decepcionado por lo que esperaba del libro tras tanta alabanza, proximamente escribiré una dura critica en ciao.es y este segundo libro por lo leído parece más de lo mismo.
Que Dios nos bendiga a los lectores con novelas como las de Sánchez Piñol y nos libre por muchos siglos de la literatura de nivel elevado que a la que se refiere el autor de esta crítica.
Sólo la mención a «intraterrestres» ya huele a Serie B que atufa…