Aki Shimazaki es una escritora de origen japonés que reside en Canadá y escribe en francés. Tal vez por estar escrita desde la perspectiva que da la distancia, Tonbo es una estupenda novela sobre la identidad cultural japonesa, aunque no únicamente.
Tonbo es una novela sencilla, sin ninguna singularidad literaria pero, a pesar de ello, logra convencer al lector. Porque detrás de su simplicidad se percibe el latido genuino de la vida, que  desde luego tiene más importancia que cualquier alarde formal.
Shimazaki nos presenta la sencilla vida de Nobu Tsunoda, propietario de una academia de clases particulares, padre, esposo y huérfano de un padre que se quitó la vida cuando él aún era un estudiante universitario.
La novela gira principalmente en torno a la pérdida de su padre. Éste habÃa sido profesor de instituto y, a causa de un problema con un alumno, se vio obligado a renunciar a su puesto, siendo esa situación la que acabarÃa por empujarle hacia el suicidio. Quince años después de su muerte, un antiguo alumno de su padre aparece en la vida de Nobu para esclarecer algunas de las circunstancias que rodearon la muerte del antiguo profesor.
Pero si bien puede considerarse que la muerte del padre sirve como hilo conductor de Tonbo, la novela trata otros temas junto a este. Y lo hace entrelazando tan bien las diferentes historias que crea un conjunto indisoluble, de una pieza, del que es difÃcil afirmar qué es principal y qué accesorio.
Porque Tonbo es también la historia de cómo Nobu se vio también obligado a renunciar a su puesto en una gran firma comercial y cómo decidió abrir el centro de estudios (del que la novela toma el nombre). Y, al hilo de esta circunstancia, la novela invita a reflexionar sobre la relación insana entre el hombre y su trabajo que la sociedad moderna propicia. La dura preparación a lo largo de la juventud para trabajar, el tratar de realizar las tareas encomendadas de la mejor manera posible no parece suficiente: las grandes empresas parecen exigir siempre más y tratan de devorar la vida familiar e incluso la propia identidad.
Nobu se ve obligado a dejar su trabajo porque no quiere aceptar un puesto que le obligarÃa a irse de Japón. Esa circunstancia sirve para plantear ideas interesantes sobre el derecho a trabajar, sobre la necesidad que el ser humano tiene de sentirse útil y parte valiosa de la sociedad a la que pertenece —y el sentimiento de vacÃo que acompaña al desempleo es una de las razones que se vislumbran tras el suicidio del padre de Nobu—; asà como también plantea ideas interesantes sobre el derecho a permanecer en el paÃs al que nos unen raÃces familiares y culturales, sobre la renuncia a la propia identidad que supone la emigración.
Tonbo es, en el fondo, un sencillo canto a la vida: a sus claroscuros, a las ventanas que se abren cuando se nos cierran puertas, a la felicidad doméstica y al deseo de seguir adelante a pesar de todo.