Una habitación impropia – Natalia Carrero

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1894

Una habitación impropia - Natalia CarreroUna habitación impropia modifica el título del conocido discurso/ensayo de Virginia Woolf y retrata la vida de cinco mujeres enfrascadas en la búsqueda de un espacio propio. Una lucha casi siempre a vida o muerte, extrema y de incierto final.

El planteamiento del libro es sin duda seductor: cinco mujeres tratando de poner en práctica el consejo de la escritora inglesa (a la que por cierto no se menciona en todo el libro pero que, gracias al título, se tiene presente en todo momento). Cinco mujeres de hoy en día, de diferentes edades y enfrentadas a muy dispares circunstancias, tratando todas ellas de desentrañarse a sí mismas y al mundo que las rodea. Y cada una de estas cinco mujeres parece encontrarse en un momento crucial de su existencia: salir del alcoholismo, enfrentarse a un aborto, superar la pérdida de un hijo, entrar en la madurez o entregarse a la muerte.

A todas ellas las hace hablar en primera persona Natalia Carrero, tal vez para profundizar en la idea de una única voz femenina —común a todas las mujeres del planeta— que narra y reflexiona sobre las vicisitudes propias de lo femenino; la manera de ver, entender y enfrentar la realidad cuando se es mujer. Una realidad que a veces es común a ambos sexos: como el deseo de saber quiénes somos y de dónde venimos, que es el eje de «La barba de mamá»; la incapacidad de crear, como en «Manual de la poliadicta»; o la inutilidad del éxito para sanar algunas heridas que nos acompañan desde la infancia, en «Yo no voy a estar». Pero una realidad que en ocasiones es definitivamente femenina, como la relativa al aborto («Lo que pidas se te dará») o a la maternidad («Inutilidad de la rabia ciega»).

Sin embargo, el planteamiento de estas historias podría haber dado mucho más de sí. Aunque Natalia Carrero hace una aproximación acertada, cabría profundizar mucho más en las jaulas que apresan (o en las que se dejan apresar) las mujeres. Quienes, al menos en la cultura occidental, tienen ya mayoritariamente «una habitación propia y quinientas libras al año», los símbolos de la independencia que defendía Virginia Woolf.

Las mujeres de Una habitación impropia se entregan al alcohol, al sexo o a la ira en un acto de rebeldía, de insumisión. Pero faltaría concretar contra qué se rebelan: ¿contra el «ser mujer», contra la sociedad, contra su propia individualidad (aquello que está por encima del sexo y el género)? Estas mujeres son guerreras, pero no queda muy claro por qué luchan, qué las ha llevado a empuñar las armas.

A pesar de intentar un tono íntimo, de pretender ahondar en la historia y en las razones de cada una de las cinco mujeres que aparecen en Una habitación impropia, es como si la autora no hubiera logrado más que raspar la superficie, quedándose en lo tópico. Tal vez un nuevo tópico: la mujer frustrada (una vez más) del siglo XXI; pero tópico a fin de cuentas.

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1 COMENTARIO

  1. A mí me ha parecido un libro hermosamente desgarrador. No creo que sea necesario concretar contra qué se revelan, ¿acaso lo saben? Lo atractivo de los relatos es que no desvelan nada nuevo (¿eso es lo que se entiende por tópico?) pero sí lo muestran de otra forma. Creo que Natalia Carrero no se queda en la superficie, clava el puñal hasta dentro.

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