El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan – Patricio Pron

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Con este título tan curioso se edita una recopilación de relatos que el argentino Patricio Pron ha ido publicando en los últimos años en diferentes medios y antologías. Los textos, por tanto, no tienen una continuidad más o menos reconocible, si bien todos ellos se ubican en la Alemania que el escritor conoce de primera mano y toman como protagonistas a personas que, de un modo u otro, se sienten ajenas al lugar donde están.

Definir la narrativa de Pron en unas pocas líneas es difícil (siempre lo es con cualquier autor, por otro lado): su escritura basa buena parte de su fuerza en la presentación de situaciones y personajes de una hondura muy intensa, casi dolorosa, y en realidad el texto explicita muy poco sobre ellos. De ahí que sea complicado dar una idea de la profundidad de sentimientos que se pueden despertar leyendo algunos de estos relatos. Las tramas son evanescentes y, a decir verdad, tienen una importancia muy relativa dentro de la estructura dramática: no esperen finales sorprendentes, revelaciones inesperadas o siquiera descubrimientos inopinados; en estos relatos hay hombres y mujeres que ignoran cosas fundamentales acerca de sí mismos, o acerca de los demás, y esa tesitura implica la imposibilidad de acercarse a los otros.

«Las ideas», relato que abre el volumen, expone este concepto con una simplicidad desconcertante. De hecho, uno de los personajes lo ilustra de forma palmaria con sus palabras: «más o menos, todos los hijos, imaginarios o no, eran sólo una idea de los padres y, como las ideas, podían olvidarse o ser dejadas de lado cuando otra idea mejor llegaba». La relación entre padres e hijos aparece en varios relatos, ya que parece que es el lazo más fuerte y, sin embargo, también el más endeble que podemos encontrar; «Tu madre bajo la nevada sin mirar atrás» o «Una de las últimas cosas que me dijo mi padre» atestiguan la importancia que para el escritor tienen los lazos familiares. La incomprensión y el rencor se mezclan con el amor incondicional, con el respeto y con el anhelo de seguridad que palpita en cualquier corazón.

El estilo de Patricio Pron se adapta a las circunstancias de estos relatos: frío, adecuado a la ambientación nórdica, preocupado por crear una poesía urbana que impacte por la fuerza de su disposición más que por su profundidad psicológica. El poder de las palabras hace que la ausencia de caracterización psicológica se vea compensada de alguna manera: «y pensarás en tu madre como ella misma pensaba acerca de sí misma en sus últimos años, alguien mirando un paisaje, su espalda curvándose ligeramente hacia adelante como si se sintiera atraída por el paisaje, como si el paisaje fuera el futuro y estuviera a punto de devorarla y ella lo supiera y se lanzara hacia adelante». La lírica sustituye a la evidencia de los sentimientos, haciendo que los personajes cobren una profundidad sin la cual los relatos quedarían inevitablemente huérfanos.

El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan apela a la intuición, a la emoción, a partes de nosotros mismos que nos solemos ocultar por miedo, vergüenza o temor. Precisamente a causa de esta apuesta por lo inmaterial, el libro resbala en ciertas partes y la propuesta de Pron queda en ejercicio de estilo sin más; algunos relatos adolecen de una planitud que quizá sea producto del despojamiento sentimental que el argentino utiliza como parte de su estilo. El lector queda a merced de sus elucubraciones, algo que siempre entraña riesgo y que no siempre (de hecho, raras veces) significa que el autor ha hecho bien su trabajo. A pesar de ello, el libro es una muestra más que digna de una literatura que puede olvidar adornos sin renunciar al diálogo íntimo con el lector.

4 COMENTARIOS

  1. La descripción que hacen del contenido del libro es muy prometedora, personalmente se me hace muy interesante, después de mucho algo digno de leer que escape a los parámetros literarios usados en demasía.

  2. […] El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan – Patricio Pron – Un ejemplo de que las técnicas están para subvertirlas: “Las tramas son evanescentes y, a decir verdad, tienen una importancia muy relativa dentro de la estructura dramática […] El poder de las palabras hace que la ausencia de caracterización psicológica se vea compensada de alguna manera […] […]

  3. Interesante análisis, ha despertado mi curiosidad para leer el libro. La duda que me surge es si el autor planea su forma de escribir conscientemente (la ausencia de tramas, ausencia de caracterización psicológica, etc.) o es fruto de cierto ‘instinto’.

    un saludo!

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