“Agua y otros cuentos” es una recopilación de una veintena de relatos, inéditos en castellano, del sueco Torgny Lindgren. Para su edición se ha seguido el buen criterio de dividirlos en tres partes, agrupando en cada una de ella varios relatos de temática común: cuentos de tema rural, cuentos de tema mitológico y bíblico y, por último, cuentos relacionados de algún modo con el proceso de la creación artística.
La manera sencilla en que Lindgren se sirve de un lenguaje de gran riqueza es el primer aliciente de unos relatos llenos de matices, que invitan a una segunda lectura. Lindgren hace un uso certero de las palabras, de tal manera que se tiene la sensación de que no hay otra manera de decir lo que él dice. Los cuentos transmiten así una sensación de ingenio literario acabado y perfecto, y eso supone el disfrute de cada línea del texto.
Los relatos de “Agua y otros cuentos” son piezas que se disfrutan, en principio, por su sencillez. Casi podría decirse que son cuentos llenos de candor, que cuentan historias simples en las que no se hace concesiones a lo superfluo. Y ese es otro de sus atractivos, pues de esta forma el cuento llega fácilmente al lector, su esencia es fácilmente asimilable.
Sin embargo, esa aparente simplicidad es por completo engañosa, pues oculta en la sencillez de cada relato se revela una profunda reflexión acerca del mundo, de lo humano, de lo divino, de esos temas universales que rondan al hombre desde el principio de los tiempos. Y esa reflexión aparece por igual en todos los cuentos, no importa si son de temática rural, artística o bíblica. Pues es cada relato, y no necesariamente el tema que éste a priori pueda tocar, quien encierra esa meditación que, por otra parte, denota una intensa observación de la realidad del ser humano.
La búsqueda incesante es el tema central de ‘Agua’. En este relato un matrimonio invierte casi la totalidad de su vida en buscar agua en sus propiedades. A pesar de buscar tenazmente cada verano un pozo que alivie sus trabajos, aceptan con resignación la aridez de sus terrenos que les obliga a derretir nieve en invierno y transportar agua desde una fuente lejana. Su estoica entereza parece demostrar cómo, a pesar de lo que creemos, podemos vivir sin algo que en principio consideramos indispensable. Como contraste, Lindgren presenta la figura del zahorí que les ayuda un verano: su falta de templanza, motivada fundamentalmente por el orgullo, acabará siendo su ruina. Sin embargo, la serenidad del viejo matrimonio acabará por ser recompensada en un final que supone un guiño: las cosas viene cuanto menos se buscan y siempre cuando ya no se esperan.
‘Alfred Krummes’ es un relato singular y, desde luego, sorprendente. La historia que cuenta sigue su curso de tal manera que parece que haya ido por delante del autor, enseñándole a este a cada palabra a dónde quería ir a parar. Respira una originalidad tan genuina que parece que los hechos de la vida de Alfred Krummes no pudieran ser sino reales. Sólo en la vida pueden suceder cosas tan pintorescas. Krummes es un campesino que, tras la guerra, queda atrapado entre el sector oriental y el occidental de la Alemania dividida. Ignorante de lo ocurrido, nuestro hombre continúa con la existencia que siempre ha llevado pero, de pronto, la sociedad capitalista viene a enseñarle todas las maravillas que produce. Mientras, el sector oriental vigila atentamente sus reacciones. Krummer se siente ajeno a todo cuanto sucede a su alrededor, lo único que entiende y desea es el sencillo transcurrir del tiempo que siempre ha conocido. Cuando finalmente nuestro hombre reaccione, sus actos serán interpretados de forma totalmente errónea, y lo pagará caro.
Hay otros excelentes relatos que brillan en esta colección de cuentos, como ‘La escalera’ o ‘La patata de cinco dedos’; Los cuentos de tema rural resultan encantadores, aunque los que tratan el tema de la creación artística resultan algo más pesados. Pero en general, la originalidad de los relatos y la calidad de narrador de Torgny Lindgren, hacen que la lectura de este volumen sea un pequeño placer.
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