Con esta estupenda novela inicia su andadura la editorial Nórdica, dedicada en exclusiva a la difusión de algunos de los textos más representativos de la narrativa de la Europa del norte. «Betsabé», de Torgny Lindgren, es su primer libro editado y ha resultado ser, al menos para el que suscribe, una de las mejores novelas que haya leído en bastante tiempo.
La historia no es más que la narración del episodio bíblico, aunque tratada de forma literaria y realzada con un estilo majestuoso y lírico. El rey David se enamora perdidamente de Betsabé, esposa de uno de sus mejores guerreros, Urías; cautivado de manera voraz, se deshace de él situándolo en primera línea de batalla y desposa a Betsabé, convirtiéndola así en reina. Pasados los años, el rey ha de decidir quién será su sucesor: dividido entre Amnón y Absalón, sus favoritos, no se percatará de que Betsabé ha elegido ya al hijo de ambos, Salomón, como futuro rey de Israel.
Aunque la trama parezca intrigante y melodramática, lo cierto es que el libro es, en realidad, un hermoso canto a la incertidumbre de los actos humanos, a todo lo que hay de divino en nuestro interior y que se exterioriza de formas radicalmente diferentes. Con un lenguaje sencillo, cargado de poesía, Lindgren muestra la decadencia de un monarca poderoso y sabio, o la evolución psicológica de Betsabé, que no se resigna a ser una mera concubina del rey. Todos los personajes que se mueven en torno a ellos forman un tejido humano variopinto, teñido de una poesía muy especial. El Dios al que sirve David, al que todos temen y veneran, sirve en el relato como muestra de los vaivenes de la naturaleza humana.
Los protagonistas de la novela representan a la perfección esa duda que aqueja los pasos de cualquier persona en su devenir vital. Los actos, ora crueles, ora bondadosos de David; las decisiones violentas y benéficas de Betsabé; el amor que se profesan, en ocasiones inmenso, en otras despectivo; todos los comportamientos son inciertos, extremos tal vez, pero quizá por ello comprensibles, perdonables y… humanos.
En este sentido, el logro de Lindgren es mostrar personajes enteros, maduros, aun aquejados por la indecisión y por el deseo. Indudablemente, es difícil conseguir eso en un libro, y es sólo un detalle entre los muchos que hacen de «Betsabé» una novela soberbia.
Por último (aunque no por ello sea menos importante) hay que elogiar la labor cuidadosa que la editorial ha llevado a cabo. Y un detalle que pasa desapercibido, pero que me parece fundamental, es el de que la correctora de la novela sea citada en el verso de portada; un indicio de la pulcritud con que está realizado el libro.
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Despues de leer tus loas del libro creo que lo pondre en la lista de mis proximas compras.