Ogai Mori es una figura fundamental en la literatura japonesa. De su mano, numerosos conceptos propios de la literatura occidental fueron introducidos en el Japón aperturista de la Era Meiji para ser puestos en práctica por escritores coetáneos. Las tesis del Romanticismo, las bases de una moderna crítica literaria o la reacción al Naturalismos llegaron a tierras niponas de la mano de sus traducciones y ensayos.
Pero Mori fue en esencia un escritor de relatos. Los que se recogen en el presente volumen pertenecen a su etapa de madurez, cuando el escritor se centró en temas históricos japoneses en un intento de preservar la cultura de su país, paulatinamente anegada por las corrientes occidentalizadoras.
La radical importancia de los ideales de honor y familia, ejes de la cultura japonesa, recorren las páginas de estos breves relatos. Aunque Mori no los sitúa a principios del siglo XX, cuando fueron escritos, estos cuentos señalan con sutileza los valores que pervivían en la mentalidad japonesa a pesar de los esfuerzos modernizadores; y tal vez su lectura sirva para mejor entender el profundo cambio al que se enfrentó Japón en el espacio de unas décadas y las consecuentes contradicciones a que se enfrentaron los japoneses.
En la mayoría de estos relatos el verdadero protagonista es un intenso sentimiento de abnegación que conduce a los personajes a poner en riesgo sus propias vidas (en ocasiones con consecuencias fatales) en favor de un ser querido: madre, hermano, esposo.
Así, el altruismo y la piedad filial son el tema central de «El intendente Sansho» —que da título al volumen—, como también de «Las últimas palabras». En ambos, niños pequeños arriesgan su vida para conseguir que su familia permanezca unida. Mientras «La señora Yasui» o «La historia de Iori y Run» nos hablan de la fidelidad conyugal, que permanece inalterable a través de las dificultades.
Si bien podría decirse que todas las historias que Mori plantea con sus relatos tiene un trasfondo moralizador, este es tan sutil que no incomodará al lector. Al tiempo, a pesar de lo conmovedor de algunas de las historias del libro, jamás cae su autor en sentimentalismos melindrosos e innecesarios. El estilo comedido, descriptivo pero neutro, contribuye a presentar los temas de cada relato de manera sencilla y atractiva.
En resumen, una interesante colección de relatos que se aleja de los temas y formas a los que el lector occidental está acostumbrado en la literatura japonesa de principios del siglo XX, pero que sabrá contentar a los interesados en la literatura japonesa, tanto como a cualquier lector que se adentre en sus páginas.
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