Este libro de Jean-Marc Mandosio es una crítica de los postulados que propuso en su día la Internacional Situacionista. Para aquellos que, como yo al empezar a leer el libro, no tengan idea ni tan siquiera de la existencia de ese movimiento, explicaré brevemente lo que es:
La Internacional Situacionista (IS), fue fundada en 1957 como una fusión del movimiento Internacional para una Bauhaus imaginista. El movimiento atrajo miembros de varios países europeos, que fueron agrupándose en torno a su fundador, Guy Debord. La Internacional Situacionista organizó conferencias, realizó exposiciones y publicó una revista, en francés (dirigida por Debord). Sus ideas revolucionarias estuvieron detrás de los acontecimientos del mayo del 68, en París. Para ellos la ciudad, entendida como entorno urbano, era el escenario para la consecución del cambio social y la conquista de la libertad.
La IS se sirvió de los términos alquímicos para dar realce a su proposición de una revolución que daría lugar a un nuevo orden de cosas. Los situacionistas consideraban que había que destruir la sociedad entera en una revolución que no se limitase a sustituir un poder por otro. Los situs consideraban que el ser humano vivía alienado, incapaz de toda acción real, excepto la de consumir.
Sin embargo todo hombre posee imaginación y espontaneidad, que hay que dejar en libertad (cosa que la actual sociedad no permite) para acabar con la alienación. De este modo, la espontaneidad sería la piedra filosofal, y la subjetividad sería el crisol donde debía realizarse una transmutación, que no será otra cosa que la revolución que acabará con la sociedad actual.
Como teoría es perfecta. Pero Mandosio ataca a la parte débil de este andamiaje teórico, criticando la pretensión de los situacionistas de abolir esta sociedad sin atacar a la industrialización, de manera que la abundancia material que algunos disfrutamos en el actual estado de cosas, se extendiera y generalizara a todo el planeta y a toda la población.
Para los situs era necesaria una nueva forma de poder que gestionase de manera distinta la sociedad industrial. Sin embargo Mandosio indica que la sociedad industrial, por lo que es, no permite otro modelo de gestión. Y ese es el punto que derriba toda la teoría situacionista y la vuelve inviable.
De ahí que Mandosio recalque que, como los alquimistas no lograron hallar el modo de «fabricar» oro, los situacionistas jamás pudieron cambiar esta sociedad podrida.
Como se puede ver, hay mucha tela que cortar. Un libro muy recomendable. Y a pesar de lo que diga el autor, en una cosa estoy de acuerdo con los situs. Si todos, subjetiva e individualmente, cambiáramos un poquito, el conjunto de la sociedad cambiaría también. Como siempre, está en nuestras manos.
Que Humala firme el contrato d econga y de trabajo a los peruanos y cajamarquinos ya que trae inversiones al Perú la agricultura y mineria,el oro y se construyan hoteles para los turistas americanos y europeos y se hagan negocios internacionales en Conga con EEUU;JApon y Perú y Alemania.
Si se manejara bien en Lima,respetando a los transeuntes y semaforos y respetando a los demas lograremos ser una sociedad unida y abierta,comunicativa y social sin racismos ni utopias y ser mas liberales y no tan conservdores con los turistas que viajan al perú y fuera de el y la gente d eprovincia trabaje con los criollos de lima y mejoren el nivel de los colegios particulares en lima y provincias y la educacion mejore notablemente sobre todo en als Universidades y Colegios nacionales y part.