
¡Ocupemos el mundo! consta de varios textos que analizan estos movimientos populares y tratan de aportar una visión crítica de los mismos. La mayor parte de ellos se centran en el movimiento 15M español, ofreciendo miradas sobre su composición social, logros, posibilidades y perspectivas de futuro. Hay que reconocer que el análisis crítico casi brilla por su ausencia; un elemento de juicio que sería interesante desarrollar, dado que una de las debilidades del 15M es la ausencia de carga teórica y reflexión. Quizá, por este motivo, el ensayo más lúcido e interesante sea el de Sandra Ezquerra, profesora de Sociología y participante activa del 15M valenciano, que en «Nuevos horizontes del 15-M: hacia una perspectiva estratégica» traza un horizonte de posibilidades a partir de la reflexión acerca de la composición del movimiento, sus demandas, sus corrientes internas y sus carencias. El resto de textos que se centran en el caso español, como los del Colectivo Madrilonia o Guillermo Zapata, se ocupan de aspectos un tanto más específicos, como puede ser el desarrollo propagandístico a través de las redes sociales.
Los textos que conforman la segunda mitad del libro están dedicados a los movimientos que se han llevado a cabo en otras partes del mundo: desde Estados Unidos, pasando por Islandia, Grecia o Portugal, hasta las insoslayables revoluciones árabes, excelentemente analizadas por Santiago Alba Rico. En ellos podemos encontrar un resumen de lo que las diferentes luchas populares han dado de sí en países tan variados: tenemos los éxitos relativos de Egipto o Túnez (que se enfrentaban a regímenes totalitarios apoyados por Occidente); tenemos la salida alternativa a la crisis que están intentando en Islandia (con algunos progresos dignos de tener en cuenta y convenientemente silenciados por los medios y la opinión pública); tenemos la lucha incesante que están llevando a cabo los griegos después del golpe de estado institucional propiciado por la troika del FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea; y también tenemos la oposición silenciosa, pero contundente, que los portugueses comienzan a ofrecer a su gobierno neoliberal.
En pocas palabras podemos decir que ¡Ocupemos el mundo! hace un repaso somero de la génesis y evolución de los movimientos sociales surgidos a raíz de la crisis provocada por las políticas neoliberales a escala mundial; este repaso es un tanto superficial y laudatorio, pero sirve para hacerse una idea cabal (mejor en unos casos que en otros) del porqué de estas movilizaciones, las diferencias entre los distintos lugares y la posible evolución que pueden tener. Un ensayo generalista, pero interesante y a ratos muy lúcido, que puede arrojar luz sobre hechos que conocemos poco.


