Crisis capitalista y economía solidaria – Jean-Louis Laville y Jordi Garcia Jané

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Crisis capitalista y economía solidaria - Jean-Louis Laville y Jordi Garcia JanéAhora que tanto hablamos de la crisis y sus consecuencias puede que sea también el momento de investigar y conocer medidas que puedan proporcionar alternativas al sistema económico tal y como lo conocemos. La economía solidaria o social (aunque, como insisten los autores de este libro, que la economía sea social debería ser una condición intrínseca) representa una forma de asociación y trabajo que sirve como ejemplo de que las dinámicas capitalistas no son las únicas que pueden regir la fabricación y el comercio de servicios y bienes.

Crisis capitalista y economía solidaria está dividido en dos partes, atribuibles a sus dos autores. En la primera, Jean-Louis Laville hace un repaso a las diferentes iniciativas que tienen que ver con este tipo de propuestas y que se han puesto en marcha en todo el mundo desde hace décadas. Además, realiza un somero análisis del devenir económico mundial en los últimos decenios, exponiendo la génesis y el desarrollo de los modelos alternativos dentro de ese marco histórico.

Por su parte, Jordi Garcia Jané circunscribe el análisis al contexto español y muestra los distintos tipos de asociación que se han dado en los últimos años (cooperativas, sociedades laborales, mutualidades, etc.), amén de explicar su funcionamiento interno. También dedica un capítulo a estudiar las posibilidades transformadoras de la economía solidaria dentro del contexto de crisis actual y apunta varias iniciativas que podrían llevarse a cabo para convertir estas tesis en una realidad.

Esa intención por ofrecer alternativas viables y alejadas de cualquier utopía es el acierto principal del ensayo. Más allá de su carácter divulgativo e informativo, lo cierto es que sus autores tratan de presentar ejemplos y proyectos que pueden llevarse a cabo dentro de la sociedad tal y como está constituida; Garcia Jané, en concreto, expone con claridad una estrategia para convertir la economía solidaria en una verdadera alternativa a la economía capitalista que conocemos.

En primer lugar, es necesario perfeccionar la gestión interna de estas iniciativas. Aunque constituidas por gente muy motivada, no siempre cuentan con personas que atesoren conocimientos económico-financieros, por lo que su supervivencia (recordemos que estas empresas deben actuar dentro de un entorno capitalista) y crecimiento pueden llegar a ser cuestionables. Por otro lado, habría que alentar la diversidad de las experiencias, ya que el individualismo imperante hace que nos desvinculemos del espacio social en pro de una libertad egoísta. También es pertinente buscar una imagen cercana y real de estas iniciativas; lograr que la sociedad conozca las ventajas de las empresas solidarias y esté al tanto de las posibilidades que ofrecen. Por último, y aunque existen otras necesidades, habría que impulsar políticas públicas más activas en favor del desarrollo de los proyectos de economía social; aunque existen algunos marcos reguladores, estas iniciativas siempre parten en desventaja respecto a las empresas capitalistas, por lo que su creación y posterior crecimiento son complejos. Este reconocimiento público también debería darse en los medios de comunicación y en la enseñanza, convirtiendo así estos proyectos en una alternativa tan viable como otra cualquiera, en lugar de relegarlos al papel de «experimentos».

Crisis capitalista y economía solidaria es un libro muy necesario en estos tiempos, más allá de su pertinencia como instrumento de información. La economía social no es una utopía heredera del socialismo que quede restringida al ámbito de los países de América Latina, o una opción para los excluidos del sistema, como a veces se la presenta en determinados medios; la solidaridad es un compromiso ciudadano, un término que nos debería enorgullecer y que —por una maquiavélica pirueta de la maquinaria neoliberal— ha pasado a representar un acto a caballo entre la caridad y la desidia. No dejen que se inocule en sus mentes el virus del cliché e informénse acerca de las alternativas: existen y están ahí. Sólo hay que hacer un esfuerzo por conocerlas y ponerlas en práctica.

1 COMENTARIO

  1. amigo, ¿cómo conisgues tantísimos libros para reseñarlos? ¿Los compras todos? ¿trabajas en las editoriales?. Vamos, que te envidio.

    saludos

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