La neozelandesa Katherine Mansfield tuvo una vida breve y una producción acorde. No obstante, sus colecciones de relatos se cuentan entre las obras más veneradas dentro del género breve, y esta recopilación cuidadosamente editada por Alba es buena prueba del porqué. La narrativa de esta autora es sutil, delicada, plagada de personajes que aspiran y desean sin saber muy bien cuál es el objeto de sus anhelos; unos protagonistas que encarnan el eterno enfrentamiento de nuestras almas entre lo que queremos ser y lo que somos realmente.
De entre todos sus libros de relatos el que mejor plasma esta observación es Felicidad y otros cuentos. Textos como «Cine», «El hombre apático» o «La joven institutriz» nos presentan a unos personajes cuya imagen externa no se corresponde con su yo interior. Algunos protagonistas no son conscientes de su verdadera existencia, permaneciendo en una realidad que se construyen a la medida de sus sueños; por supuesto, la vida se impone con una aplastante superioridad que Mansfield, en ocasiones, plantea con dureza y otras con sorna. Si bien estos personajes presentan rasgos de ingenuidad, lo cierto es que siempre son conscientes de ese «algo» que se interpone entre sus deseos y sus objetivos, entre su esperanza y su cotidianidad. La protagonista de «Cine» nos muestra a una mujer con un propósito claro, pero ignorante (¿acaso inconscientemente…?) de los pasos que debe dar para alcanzarlo.
Esta protagonista es un epítome de esos personajes característicos de Mansfield. Casi siempre mujeres que se desenvuelven en entornos ajenos, extraños, en ocasiones hostiles, o al menos en parte desconocidos; mujeres cuyas vidas están dirigidas por anhelos cuya consecución no tienen clara, y a las que la existencia les impone su obstinada dirección. Algo que se ve muy claro en el relato «Una verdadera aventura», en el que la protagonista es una viajera en busca de novedades; el encuentro con unos viejos conocidos le revelará que sus vidas, en apariencia bohemias, no son sino banales y llenas de mediocridad.
Muchos de estos personajes entablan una lucha entre ellos mismos y su entorno, sea de manera inconsciente, como en el caso citado, o de una forma más activa. Mientras que los primeros son personajes pasivos, a los que la vida se impone y que se topan con circunstancias que derriban sus cosmovisiones (aunque no todos sean conscientes de ello), los segundos se presentan como protagonistas obstinados, enérgicos; puede que no salgan triunfantes de ciertas coyunturas, pero plantan cara y son observadores críticos de su realidad.
Es algo que la autora plasmó muy bien en su primer volumen de cuentos: En un balneario alemán. Las narradoras (en realidad podemos afirmar que se trata de una única narradora) de los relatos son siempre irónicas, serenas; mujeres críticas, sobre todo con las posiciones femeninas tradicionales que subvierten su forma de ver el mundo. «El espíritu moderno», «El Luft Bad» o «La Dama Progresista» son estupendos ejemplos de todo ello. En cierta forma, también el cuento «La Niña que estaba cansada» nos presenta a una protagonista que no encaja en la normas tradicionales que se le quieren imponer, si bien, como ocurre en algunas narraciones, esta vez el relato se construye desde la tristeza de la pérdida, la renuncia o la derrota.
En suma, Katherine Mansfield nos regala una colección de historias que enfrentan a unos personajes con miradas particulares con una realidad que, en muchas ocasiones, desarma cualquier esperanza o frustra cualquier objetivo. La lucha entre nuestros deseos y las dificultades que entraña su consecución es constante: a veces se gana, pero incluso entonces los sacrificios pasan por abrir los ojos a una verdad que quizá nos asusta o desesperanza. El genio de la escritora neozelandesa consistió, en buena medida, en plasmar esos enfrentamientos en unos relatos que encierran una belleza sutil, pero en buena medida desoladora.
Más de Katherine Mansfield:
Sr. Molina, no comentas nada sobre “Fiesta en el jardín y otras narraciones”, tercer volumen de cuentos que publicó. ¿No está incluido en la recopilación de Alba o es que tal vez es el menos interesante de los tres? Lo tengo pendiente de lectura en edición de RBA desde hace más de seis años, y no me decido nunca a hincarle el diente.
Un abrazo
Hola, Miguel.
No comento nada, en efecto, en parte por centrarme en los aspectos que quería resaltar del volumen y en parte por espacio y extensión.
Estos Cuentos completos, como su nombre indica, incluyen toda la producción de Katherine Mansfield, incluidos algunos relatos inacabados; asimismo reúne algunos de los prólogos de su editor a las distintas colecciones.
Dejando de lado algunas diferencias ostensibles en las traducciones (de cuatro o cinco traductores distintos) es una edición muy cuidada.
Un abrazo.