Había ‘encargado’ este libro a los Reyes Magos porque había leído buenas críticas y escuchado recomendaciones que me llamaban la atención; además, los libros de ‘hadas y magos’ (como dice la otra mitad de solodelibros) me seducen con facilidad.
Sin embargo, como con cualquier otro tipo de literatura, existen libros buenos y malos. En este caso me temo que las expectativas que me había creado eran vanas: «Jonathan Strange y el señor Norrell» es una novela facilona, planísima en cuanto al tratamiento de los personajes y de una escritura insulsa.
La historia planteada es, en principio, interesante: en una Inglaterra imaginaria, a comienzos del siglo XIX, un mago llamado Gilbert Norrell se da a conocer después de que hayan transcurrido más de trescientos años sin que nadie practique magia. Impresionados por los prodigios que parece capaz de realizar, los ministros del gobierno le encargan la protección del país, enzarzado en la lucha contra Napoleón. Al poco tiempo, un joven llamado Jonathan Strange se presentará ante Norrell con el objetivo de convertirse en su discípulo. Ambos se encargarán de restaurar la magia en Inglaterra y devolverle su antiguo esplendor; pero una antigua profecía convertirá su gesta en un camino sembrado de obstáculos y peligros.
Aunque así resumido podría sonar pueril, los primeros capítulos de la novela consiguen crear una atmósfera interesante: ese trasunto de Inglaterra donde la magia parece un elemento connatural, aunque olvidado; los magos que se entierran entre libros para tratar de extraer un antiguo saber antaño perdido; los sucesos históricos reales que se entretejen con el devenir de la aventura de Norrell y Strange… Clarke urde un principio sugerente que introduce al lector en su novela, aunando cierta imaginación y unas maneras muy inglesas de narrar (aunque sea un poco exagerado emparentarla con Jane Austen, como el texto de contraportada sugiere). Sin embargo, bastan unas docenas de páginas para que la novela pierda ese soplo inicial y se quede en un folletín absurdo: los dos protagonistas, que en otras manos (y no puede uno sino recordar a Neil Gaiman) podrían haberse convertido en unos magníficos personajes, son desarrollados con una simplicidad infantil, obviando rasgos imprescindibles y dejando de lado una caracterización más rica y enjundiosa. La historia en la que se ven envueltos gira en torno a sí misma hasta quedar en un ridículo conjunto de profecías sin sentido, personajes misteriosos que aparecen y desaparecen sin aportar nada a la trama, viajes y aventuras que, en lugar de imbricarse en la historia, desorientan al lector y no arrojan luz sobre lo que ocurre.
Quizá la novela ha pecado de prosopopéyica, tratando su autora de crear un universo a la manera de Tolkien, pero cayendo en el despropósito total al no tener entre manos unos personajes y una historia sólidos y atractivos. Es posible que no baste con una buena idea para poner en marcha un proyecto de estas características, aunque el libro haya sido aclamado en varios países y seguramente se convierta en un best-seller. No hemos de olvidar que, por encima de cualquier otro principio, si un autor es bueno puede levantar cualquier historia, pero la ecuación no se invierte con facilidad. El tejer un universo imaginario como el que Susanna Clarke idea en su novela no es suficiente para enmarcar dentro de él una trama que, en otro contexto, no se sustentaría por sí misma; el libro adolece de credibilidad, no por falta de esmero en la recreación de esa Inglaterra mágica, sino porque la autora carece de recursos literarios para acometer la tarea de inventar una historia creíble.
Me viene a la memoria como ejemplo de lo contrario alguno de los libros de John Crowley, en especial «Pequeño, grande», en el que la historia también se desarrolla entre ‘hadas’ y ‘duendes’, pero dentro del cual uno se sumerge con impaciencia y con placer indescriptibles: en primer lugar, porque Crowley es un magnífico narrador y, en segundo, porque su trama es interesante por sus cualidades intrínsecas, no por el marco en el que se inscribe. (Otro día me extenderé más sobre esta obra maestra.)
En suma, el único adjetivo amable que puedo otorgar a este libro es el de ser imaginativo, aunque incluso el recurso de asimilar territorios reales a otros mágicos y/o imaginarios ya haya sido usado con anterioridad. Como ocurre tantas otras veces (y uno ya debería haber aprendido la lección de que el noventa y nueve por ciento de lo que aparece en la prensa no merece la pena), el libro promete mucho más de lo que en realidad acaba ofreciendo. Lástima que una idea inspiradora quede en un pastiche literario como éste.
Yo creo que Emiliano Molina no se molestó en comprenderla, porque aunque no lo parezca, Jonathan Strange y el señor Norrell es más compleja de lo que parece, y como suele pasar con la mayoría de los lectores, cuando no comprenden alguna lectura deciden tacharla directamente de mala o insulsa. La novela de Susanna Clarke es, sin duda, la mejor novela fantástica de este siglo.
Creo que es la primera vez desde que sigo este blog que no estoy en absoluto de acuerdo con una reseña. El libro me parece muy bueno, no sólo como literatura fantástica; creo que está bien llevado y bien escrito. Yo disfruté un montón.
El libro no es tan malo, pero claro, es que lo estás comparando con Crowley! Fíjate que en este caso, Crowley es una vaca sagrada y a pesar de eso sus libros son mamotretos (siempre he creido que las vacas sagradas deben ser famélicas).
La idea de la novela es bastante interesante, incluso su concepción formal…y probablemente su defecto se encuentre en el excesivo empeño en parecer realista.
;)…
A.
Hombre, no voy a ser yo quien me meta con Gaiman, que es un excelente escritor de principio a fin. Las comparaciones siempre son injustas.
Pero comparémosla con JK Rowling, por ejemplo. El contexto es ismilar, magia, Inglaterra, todo ese rollo. ¿Qué universo parece más coherente? ¿Quién utiliza menos muletas de talelr de escritura? ¿Quién tiene voces narrativas más logradas?
Yo creo que siempre hay que hablar de matices. Sin comparar «Anansi boys» (ni «Perdido Street Station») con «Jonathan Strange & cia», yo creo que es una novela que está por encima de la media, y que Susanna Clarke, como narradora, promete mucho. Y que, al menos, no aburre.
Hola, JJ:
En efecto, parece que no siempre estamos de acuerdo. Yo creo que el hecho de que sea una primera novela no es eximente para nada: hay muchísimas primeras novelas muy buenas, evidentemente.
Por otra parte, los dos personajes principales quedan desdibujados: es cierto que algunos rasgos, como la mezquindad de Norrell o la inocencia de Strange, están logrados, pero casi todos los personajes parecen de cartón-piedra, meros elementos en esa construcción epopéyica que Susanna Clarke pretende levantar.
Puede que, como dices, la traducción no le haga bien al libro, pero sigo pensando que ese universo tan ‘personal’ que describe la autora se queda en nada, en un remedo de Inglaterra un tanto infantil y absurdo, que podía haber dado para mucho manos en manos de un narrador más sustancioso.
La ambición, por desgracia, no basta para salvar un libro como éste, que además respira pretenciosidad (por temas, por extensión): Neil Gaiman es un magnífico creador de atmósferas, tanto en «Neverwhere» como en sus otros libros o cómics. No le hace falta levantar una geografía nueva y mágica, porque en cuanto lees diez páginas ya te ha sumergido en otra realidad.
Eso es lo que diferencia a un buen escritor de uno malo.
Una vez más no estamos de acuerdo. Sin olvidar que es unap rimera novela, yo creo qu ees bastante bunea. No sólo tiene buenos personajes principales, sino que incluso los secundarios y los que sólo aparecen en uan escena son creibles. La mujer con el velo en el brugh de Faerie, los asistente dse Wellingon, el propio Byron… son personaje squ están ahi, que ves y que sientes.
Y en cuanto a la narracción, aunque hay ciertas licencias literarias (por ejemplo, Norrell es demasiado pasivo), tampoco lastran demasiado la narración y se hacen creibles.
En cuanto la universo, yo creo que si lo ha delimitado bastante bien. Desde la forma de hacer los hechizos, hasta la geografía de Faerie, hasta los propios personajes, los que aparecen y los mencionados.
Igual es cosa de la traducicón. En inglés, es usa un lenguaje con giros antiguos (chuse ne vez de chose, surprize en vez de surpries, y, por supeusto, la forma de construir las frases), que te coloca mejor en la atmósfera, y que posiblemente se haya perdido en la traducción.
En fin, que sin olvidar que Susanna Clarke sólo ha escrito esta novela, yo creo que es buena. No mejor que lo que ahora escribe Neil Gaiman, pero simejor que, por ejemplo, Neverwhere, no por calidad, sino por ambición.
pues a mí me ha gustado mucho y me ha parecido un libro muy entretenido… para gustos colores!
Es lo más absorbente que he leido en mucho tiempo. Leo un poco antes de ir a trabajar, mientras como, antes de ir a dormir. Por supuesto no entiendo nada de los comentarios, simplemente me gusta que me emocionen y me transporten. Este libro lo ha conseguido.
Sí, hay una conspiración en contra de este libro, Encabezada por mi, que dejo comentarios desfavorables en todas partes. Evidentemente, esta es una opinión personal, basada en mi lectura del libro. Ya se sabe hay tantos gustos como colores.
Lo siento pero no estoy de acuerdo, la obra es buena pero no tiene por qué gustarle a todo el mundo. A mí me gustó mucho, y habla alguien que creía haberse saciado ya de literatura fantástica hace años. En cuanto a la crítica del blog… demasiado destructiva y con ganas de desacreditar, y si no… ¿por qué es la misma que aparece en la web de ciao? Me da la impresión de que hay muchas ganas de que esta crítica negativa se oiga (o mejor dicho, se lea).
Yo lo empecé y creo que no llegué a la página 100… se me ocurrieron mil libros mejores en los que perder el tiempo.
(Ahora pienso que más que nunca estoy dejando libros sin terminar… tempus fugit, o lo que sea)
A mí también me había llamado la atención, creo que por su omnipresencia en las librerías, pero el título ya me echaba un poco para atrás, y creo que es porque gracias a él sospechaba lo que tú tan bien has descrito como «Insulso» y «pastiche literario»…
Ahorrado queda, gracias
Solo habia leido buenas oponiones del libro y me resistia un poco al ver el tocho, despues de esta opinión creo que ha descendido unos cuantos puestos ….
¡Muchas gracias!
sí que luce flamante, sí que sí. Un besote ciberespacial, nos vemos prontito ;O)
Hombre Iulius, ¿has visto que chulo el blog? Que tú eres el padrino, que nos diste la idea. Un beso.
cachislamar: y a mí que me había llamado la atención… gracias por estar ahí, que si no me dejo un puñado de aurelios en vano :O)