La busca – Pío Baroja

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La busca - Pío BarojaLa busca es, sin duda, el libro que yo me llevaría a una isla desierta, si me viera obligada a elegir un único compañero de destino. ¿Cuántas veces lo habré podido leer? Si me dieran un millón por cada una, podría cancelar la hipoteca.

Don Pío Baroja es, para mí, uno de los mejores escritores españoles de todos los tiempos, por no decir descaradamente que el mejor. Leer cualquiera de sus obras supone para mí un placer inefable. Su prosa parca, directa, capaz de realizar una descripción completa de una situación, un lugar o un personaje con escasas palabras, como si realizara un esbozo que, sin embargo, capta maravillosamente la esencia de lo descrito, nunca dejará de fascinarme.

Hay que leer siempre a Baroja, pero hay que leer, sobre todo, La busca.

Baroja gustaba de agrupar sus obras en grupos de tres y así esta novela abre la trilogía llamada La lucha por la vida, que se completa con Mala hierba y Aurora roja. Su protagonista, el joven Manuel, representa de una manera perfecta al joven de carácter indolente que, a pesar de sentir el impulso de intentar buscar una vida mejor, se deja llevar por la molicie que le empuja cada vez más abajo.

Manuel llega a Madrid desde un pueblo de Soria para reunirse con su madre, sirvienta en una pensión. De trabajo en trabajo, va descendiendo los escalones que le conducen hacia una estrato social cada vez más bajo. Manuel es consciente de que se hunde y a veces, como sacudiéndose la modorra, se plantea la necesidad de dar un giro a su vida. Pero el momento no llega, y el relato de sus días y sus correrías por el Madrid del mil novecientos, sirven al autor para la descripción de unos tipos de cada vez más baja extracción social. A los personajes con los que se relaciona al principio, comisionistas y estudiantes hospedados en la pensión donde trabaja su madre, dan paso los obreros de taller como zapateros o panaderos; para por último ser sustituidos por hampones, prostitutas y traperos. La representación de estos personajes andrajosos, incultos, que hace tiempo han aceptado su destino de miseria es exacta, pues se basan en las relaciones que el propio Baroja entabló con gente de este talante mientras regentaba el negocio familiar, una panadería heredada de su tía.

Un personaje más de La busca es Madrid. El Madrid miserable de los barrios bajos, de las casas destartaladas de los obreros, de las chabolas construidas con materiales de desecho donde hierve la indigencia física y moral. Un Madrid de arrabal.

En oposición al carácter casi siempre apático e indiferente de Manuel se opone el ‘hombre de acción’, recurrente en Baroja, representado por el amigo de éste, Roberto Hasting, quien a pesar de su tesón, tampoco consigue que la vida le sonría. Sin embargo, su actitud de desafío a lo miserable de la existencia, despierta en Manuel el ansia de imitarle y buscar un camino por el que emerger de nuevo hacia cierta respetabilidad.

Manuel es, a pesar de todo, un muchacho honrado. Se sabe bueno, pero en parte por su origen y sus relaciones, y en parte por cierta indolencia de espíritu se ve abocado a una vida cada vez más miserable. La novela se cierra con un Manuel obligado a pasar la noche en la calle, con los primeros fríos madrileños, y su firme decisión de abandonar su vida sórdida de randa.

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15 COMENTARIOS

  1. Es muy cierto , hay una muy accesible de la colección Salvat , pero , no lo he leído , mas he tenido en mis manos la» Aurora Roja «, estoy de acuerdo con usted ,pero según el argumento es un libro extraordinario, pero en mi caso hubiera llevado conmigo El «Robinson Crusoe «de mi amigo Daniel .

    Jorge

  2. A veces, no sé bien por qué, nos empeñamos en leer y leer libros de literaturas extranjeras, sin hacer mucho caso a lo nuestro. Viene esto a colación por el caso de Pío Baroja, de él (recuerdo mi bachillerato) conocía poco más que su militancia, a disgusto eso sí, en la generación del 98 y su carácter esquivo y difícil. Tras la lectura de «La busca» sé además que es un excelente escritor, ya me he agenciado las otras dos novelas de la trilogía «La lucha po la vida» para seguir conociendo la vida de Manuel Alcázar.

    ¿Qué es lo que me ha gustado de Baroja?, la sencillez y claridad de su prosa, sus diálogos vivos y directos, que logran mantener siempre tu atención y, por encima de todo, la parquedad de sus descripciones (pocas pinceladas, pero las justas para hacer un cuadro perfecto). Podría seguir con su lenguaje, el adecuado para retratar el Madrid arrabalero y pintoresco de la Restauración; sus personajes, algunos de ellos inolvidables (el «Tabuenca», Leandro, el «Bizco» y sobre todo Alonso de Guzmán Calderón y Téllez, alias el «Titiri» y el «Hombre-Boa»); la recreación tan lograda de ambientes (la corrala donde vive Manuel es un ejemplo)…. En fín, podríamos seguir, pero lo dejo aquí para no cansar mucho.

    Lo único que no me ha llegado a convencer mucho es la trama de la novela, algo desestructurada; posiblemente esos capítulos tan cortos, con apariencia de haber sido escritos a salto de mata, no sean nada más que el peaje a pagar para su publicación en el diario «El Globo», pero la novela, en mi opinión, no avanza de forma clara y rectilínea sino un poco a trompicones.

    ¡Ah, se me olvidaba!, inolvidable, también, por su sorna, la descripción de una «Corte de los Milagros» chusca y castiza (remedo insuperable de la que aparece en «Nuestra Señora de París» de Víctor Hugo), sometida a la catequización redentora de las «marquesas» madrileñas. Una pequeña muestra nada más, del profundo anticlericalismo que se profesa a lo largo de toda la obra.

    En resumen, maravillosa lectura, tengas o no tengas hipoteca.

    Cordiales saludos a los seguidores de solodelibros

  3. Ayer leí este libro y la verdad es que me ha encantado. Creo que si algo tiene Baroja es que es muy entretenido. Tiene una forma sencilla y dinámica de escribir que hace muy difícil que abandones sus libros.

    Me sorprende que haya cierta unanimidad en considerar «La busca» su mejor novela; de entre las que he leído, me cuesta mucho decidirme por cuál me ha gustado más y creo que esto, dicho de un autor, es una verdadera suerte. Camino de perfección, El mundo es ansí, Las noches del buen retiro, La dama errante, El árbol de la ciencia, El laberinto de las sirenas…cualquiera de ellas es igualmente recomendable.

    Creo que ese desaliño suyo tan comentado es el resultado de un estilo que huye de toda afectación, que se centra en la historia y en lo afilado de las descripciones (nadie como él para el uso del adjetivo en castellano) y que nos permite a nosotros un siglo más tarde considerarlo un autor plenamente moderno.

    Saludos.

  4. vale repetir comentario. se echa en falta en nuestros dias un escritor que se comprometa con su epoca y describa la realidad de nuestra sosiedad como lo hiso el gran literato pio baroja en su epoca.

  5. Leì La ciudad de la niebla, en donde los personajes recorren Londres, ciudad a la que describe con mucho tacto y claridad. Definitivamente, me gustò.

  6. Si nos dieran un millón, para cancelar la hipoteca, supongo que con leerlo una vez basta.

    Coincido con vos, y a mi también me gustó mucho.

  7. Hace poco comentaba en este mismo espacio la fascinación que me había causado la novela “El niño” de Jules Vallès. Declaré esperar con impaciencia la publicación de las siguientes partes de la trilogía.
    Por una asociación inesperada pero lógica (otra trilogía, protagonista adolescente que lucha por sobrevivir…) me sumergí en la lectura de “La Busca”. Ahora confieso que necesito continuar las aventuras de Manuel, un nuevo Lázaro de principios del siglo XX, en un Madrid descrito de manera brutalmente realista. Además confirmo mis impresiones de que Baroja es un escritor de primer orden, indispensable para que la literatura de un país pueda vanagloriarse de sus creadores.
    Me ha fascinado el estilo“desaliñado” (casi empieza a gustarme el adjetivo con el que se le calificó durante tanto tiempo…) del escritor vasco. En cuanto al contenido, aquí van algunas reflexiones apocalípticas y pseudo-literarias suscitadas por la lectura durante el frenesí consumista post-navideño: Baroja demuestra que las miserias asociadas al Tercer Mundo no están tan lejos, sólo hay que asomarse a las entrañas de las grandes ciudades occidentales y fijarse en los cuerpos acurrucados en las aceras, que esquivamos con aire indiferente mientras balanceamos nuestras bolsas repletas de objetos innecesarios adquiridos en las rebajas…
    Un saludo.

  8. También para mí, Baroja es uno de esos escritores imprescindibles. Admiro y adoro a este escritor. He leído muchas de sus obras y no me han defraudado en ningún caso. La trilogía «La lucha por la vida» es extraordinaria. Me gusta Baroja como novelista, cuentista y también en esos intentos de novela-teatro que llevó a cabo en «Paradox Rey», por ejemplo. ¿Y qué decir de sus memorias » Desde la última vuelta del camino»? sencillamente impresionantes. Ante Baroja uno no tiene por menos que quitarse el sombrero porque está ante el auténtico escritor: sabe contar, lo que cuenta interesa, tiene sensibilidad, fino humor, es ameno e interesante, ¿qué más pedir? Para terminar añadir que hace algún tiempo cometí una locura de la cual hoy no me arrepiento: me compré las obras completas de Baroja que editó Círculo de lectores. Con ellas paso muchas horas leyendo. Cuando no hay nada comestible vuelvo a Baroja. En él encuentro siempre al escritor con mayúsculas.
    Saludos, solodelibros, magnífica reseña.

  9. Yo lo leí en BUP, y recuerdo que lo cogí con muchas ganas, al saber que era una trilogía me emocioné pensando que leería los 3 libros (en esa época ya era de las raritas que leen libros…) pero no me gustó en absoluto, se me hizo lento, largo, pesado, deprimente. Me costó muchísimo acabarlo y no lo disfruté para nada. Tal vez no fuera una lectura adecuada para una chica con 15 años. Después de esta reseña tal vez le dé una segunda oportunidad.
    Me ha hecho gracia que tengo la misma portada que has puesto en el blog.

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