Desde que oí hablar de este libro tuve curiosidad. Una curiosidad muy personal, desde luego, puesto que tenía noticias vagas de Jean Lorrain, pero nada suyo había caído en mis manos. Hace ya tiempo que, tras la lectura de «A contrapelo», el movimiento decadentista me atrajo, y a raíz de eso Lorrain (como antes Baudelaire, o en menor medida Rimbaud) cobró interés.
Afortunadamente, últimamente tenemos editoriales para todos los gustos que rescatan del olvido (o de la inopia) obras de muy diferente jaez; es obvio que unas con mayor acierto que otras. Cabaret Voltaire acaba de empezar, pero este «Monsieur de Bougrelon» ha resultado una grata lectura para uno: por todo lo que he dicho antes, pero también porque Lorrain es un escritor muy curioso.
Y ojo, que debo dejar claro que «Monsieur de Bougrelon» no le llega a la suela del zapato al magnífico «A contrapelo», o a cualquiera de los poemas en prosa de Baudelaire; sin embargo, tiene buenas virtudes que cualquiera puede disfrutar, aunque tal vez sea un libro ‘para minorías’ (el decadentismo —y esta novelita se adscribe fielmente a esa etiqueta— es un movimiento excelso, embriagador, pero puede resultar empalagoso).
La historia, contada por un narrador desconocido en primera persona, nos sitúa en Amsterdam, a finales del siglo XIX. Dos viajeros franceses, el narrador y un amigo, disfrutan de un viaje por Holanda cuando topan en un burdel con un personaje sin par que se identifica como Monsieur de Bougrelon. A través de sucesivos encuentros, este protagonista excéntrico y locuaz contará su vida con todo lujo de detalles: su amistad con Monsieur de Mortimer (otro personaje de lo más peculiar), su huida de Francia con éste a raíz de un duelo, su enamoramiento simultáneo de Barbara van Mierris y otras tantas aventuras, a cual más inimaginable. A la postre, resultará que el caballero no es tan noble como aparenta y que su situación es bastante más mundana de lo que sus testimonios daban a entender.
Como puede verse, la trama no reviste un interés especial. Sin embargo, y al igual que ocurre con otras obras de similar factura, lo interesante reside en el estilo de Lorrain. La pasión decadentista por el detalle sensual, por la descripción detallada de los ambientes (casi siempre malsanos o pútridos —física y, sobre todo, moralmente—), por los personajes depravados, todos esos elementos conforman una narración viva, palpitante, que entra directa a través de los sentidos, casi imperceptible, pero llena de color.
… nos detuvimos delante de una lujosa peletería, de esas pieles y artículos de viaje cuyo refinado secreto poseen los holandeses. En los estuches de tocador y bolsas de viaje, superpuestos sobre el rojizo de las pieles de cerda o sobre el gris aterciopelado de los antes más suaves, destacaba el níquel y la plata de las exquisitas guarniciones. […] La idea de desnudez se imponía con fuerza: los entornados antros del Ness eran menos insinuantes de los arrebatos de la carne… Algunas pieles, marta, visón y cibelina, colocadas entre los objetos acrecentaban la obscenidad; sedosas sombras de mechas rubias y morenas: las largas sugerían cabelleras, las cortas, el vello del sexo, pinceladas perversas y discretas sobre aquellas pieles desnudas; todos aquellos abrigos de piel y cueros leonados tentaban, acariciaban, seducían.
Un universo de sensaciones, de aromas, de tactos y visiones que se entrelazan formando una novela sensual y sexual, repleta de deseos. Un libro en el que lo importante no es lo que se cuenta, sino cómo se cuenta; ni siquiera eso: quizá el punto capital sea ese sensualismo omnipresente, que se escapa de las palabras para tejer una red de impresiones vívidas.
Una pequeña delicia para el gusto (el literario, claro), aunque su calidad esté lejos de la de esos otros autores citados en el texto. No obstante, es de agradecer que podamos satisfacer la curiosidad de leer textos como éste de Jean Lorrain, aunque sea como experimento decadentista y como simple observación literaria. Especialmente indicado para gourmets.
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Hola, quería decirte que no puedes dejar de leer la obra maestra de este señor, su novela larga «El maleficio», muy superior a esta pequeña muestra que es «Monsieur de Bougrelon», si te fijas en la introducción citan a Bougrelon como el precedente a Monsieur de Phocas, Phocas es el protagonista de «El maleficio» un personaje irrepetible, te dejo link de la editorial que lo publico:
http://www.alfaguara.santillana.es/libro/el-maleficio/975/?PHPSESSID=d4ede808ddfab45479e550ff07491303
Una auténtica delicia para los que gustamos de los decadentes.