Es una gran noticia para todos los amantes de la Literatura, asÃ, con mayúscula, y en especial para los que gustan de la novela decimonónica, que Hermida Editores se haya puesto manos a la obra para publicar el ciclo completo de La Comedia humana de Honoré de Balzac. Obviamente, entre las decenas de obras que componen esta gran colección las hay mejores y peores; sin embargo, la grandeza del maestro francés para la creación de personajes siempre es un seguro frente a la mediocridad imperante en la narrativa de nuestros dÃas. Asà pues, acercarse a estos textos es una garantÃa de disfrute para cualquier amante de la (buena) lectura.
En este primer volumen se reúnen cinco novelas con las que se da el pistoletazo de salida para la Ãmproba construcción que fue el ciclo completo. En todos ellos se aprecia la intención de Balzac de reflejar algún detalle de la sociedad de la Francia del siglo XIX: bien sea la condición social, los procesos polÃticos o las opiniones religiosas. Y es que no por nada el epÃgrafe del ciclo reza: «Escenas de la vida privada»; el autor penetra con su mirada en cada recoveco, en cada hogar, en cada pensamiento, y permite al lector componer una visión precisa de cada uno de sus protagonistas, ejemplos todos ellos de un tiempo y una época convulsa, preñada de cambios y de una vitalidad exacerbada.
Buena muestra de ello es el primero de los textos, «La casa de “El gato juguetónâ€Â», en el que Balzac aborda un tema tan clásico como el del convencionalismo pequeñoburgués (estrecho de miras y usurero), confrontado a la mentalidad abierta del artista y la bohemia. Teodoro, un artista dÃscolo y vividor, se enamora de la hija pequeña de un comerciante de telas, el señor Guillaume; contraviniendo los deseos y consejos de sus padres, la joven se casa con el pintor, abandonando a su pretendiente «oficial», aprendiz en la tienda de su padre. El tiempo será el encargado de mostrar el error que la muchacha cometió y de poner frente a frente dos maneras antagónicas de mirar el futuro: la prudencia frente a la fogosidad; la templanza frente a la desmesura.
Otro tanto sucede en «El baile de Sceaux»: Emilia, hija de un conde venido a menos cuya máxima ambición es desposarse con un par de Francia. Sus deseos se verán truncados a causa de su orgullo, puesto que dejará escapar a un joven idóneo solo por sus prejuicios respecto a su origen social. Una vez más, los anhelos de grandeza y las rigideces jerárquicas se aúnan para crear unos personajes quizá algo estereotipados, pero llenos de fuerza.
Quizá por el estilo propio de la época, Balzac se deja llevar en ocasiones por una pasión palmaria a la hora de reflejar determinados comportamientos: no llega al extremo de emitir juicios categóricos, pero sà que deja traslucir ciertas preferencias. Éste es el principal demérito de esta primera novela y de alguna de las otras cuatro, junto con un estilo algo tosco en los primeros compases: algo que se va atemperando en sucesivos textos y que, por lo tanto, parece fruto de la inexperiencia y la rapidez.
Los últimos tres textos, «La vendetta», «La bolsa» y «La amante imaginaria», se inscriben más bien en una tradición romántica o sentimental; todos ellos narran historias de amor con distintos finales, pero en general son menos retratos de clase que de personajes. El mejor de ellos es el último, un bello cuento sobre los amores desgraciados y la fatalidad del destino, en el que el autor consigue un cuadro de personajes solemnes, coherentes y sólidos.
En general, ninguna de las cinco narraciones de este primer volumen está a la altura de otras grandes creaciones de Honoré de Balzac, pero apuntan maneras en lo que se refiere a los rasgos principales del francés: su habilidad para delinear idiosincrasias y una deliciosa facilidad para las descripciones de ambientes. Insisto en que, sin lugar a dudas, la publicación del ciclo completo (que esperamos que se lleve a cabo y no se trunque) es una excelente noticia que deberÃa alegrarnos a todos los amantes de la lectura.
Más de Honoré de Balzac:
- La búsqueda del absoluto
- La Comedia humana
- Eugénie Grandet
- Las ilusiones perdidas
- La muchacha de los ojos de oro
- La paz del hogar
- La piel de zapa
- El pobre Goriot
- La prima Bette
Si claro aunque algo arduo la he leÃdo toda , me es bastante trabajoso por asà decirlo leerlo, en su idioma original , empeze con Balzac desde los trece años edad , y es además de sumo interesa sus biografÃas , Que son miles , hasta donde se. que el mas completo conocedor del aparte de Maurios, Zweig , Marcel Bouteaurou, etc. Es André Billy , que hace poco falleciera . Muchas gracias por sus informe.
Jorge
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[…] en medio de la oscuridad de las habitaciones de su casa para redactar su obra cumbre, “La Gran Comedia Humana“, él estaba en medio de sus elucubraciones contestándose sus incógnitas. HabÃa otro que […]
Estimados amigos… Yo conocà el cuento La casa del gato juguetón con el nombre de «El gato que pelotea». Hice un comentario de él para el sitio web Narrativa Breve, donde colaboro habitualmente. Sobre el artÃculo vuestro me parece que en todos los tiempos ha habido buena y mala literatura. AgregarÃa que entre el negro y el blanco- lo malo y los bueno- existen miles y miles de matices. Y esto es válido para todas las expresiones humanas. Este es el caso. Me alegro que Hermida Editores haya reeditado estos cuentos de Balzac. Atte. Ernesto Bustos Garrido. Periodista
Gracias por la oportunidad de opinar. Yo conocÃa este cuento de Balzac como «La casa del gato que pelotea» (La maison du Chat-qui-pelote) en una versión de la Biblioteca fundamental de hombre moderno/ Centro editor de América Latina S.A. / Buenos Aires / 1971. El lector necesita sólo unas pocas lÃneas para encontrarse a una escritura monumental. Sin embargo, no me gusta desacreditar a ningún escritor. Como en todos los oficios de la vida, los hay buenos, no tan buenos y otros que no supieron o no pudieron aportar verdadero talento. Hoy hay muy buenos narradores y lo positivo es que la web nos permite conocerlos en un abrir y cerrar de ojos y casi «sin movernos de nuestro escritorio». Excelente el paso dado por Hermida Editores de reeditar a Balzac.